—Las empresas Torishima finalmente han alcanzado el primer lugar entre las empresas de todo el país. El lugar en donde siempre debieron estar—, dijo Haiko Torishima con mucho orgullo.

—Magnífico...

—Excepcional...

—Admirable...

Todos los líderes ejecutivos tenían un cumplido para alabar el gran logro de las empresas Torishima, hasta que fue el turno de Ximena para decir un halago.

Todos se quedaron mirando a Ximena con expectativa mientras que ella los miraba con confusión a excepción de Fernando que se burlaba de ella de forma disimulada.

—Eh... ¿Tengo hambre?—, dijo Ximena levantando una de sus cejas y esperando la aprobación de todos esos ejecutivos.

Todos los líderes voltearon rápidamente para ver el rostro de Haiko Torishima. Eso claramente no era un elogio a las maravillas que sus empresas habían logrado.

Fernando miraba a Ximena sonriendo. Él era el único que se estaba divirtiendo con la respuesta de la inexperta ejecutiva.

Haiko la miró durante unos segundos con una expres