Capítulo 143. Debes venir a verla.
El alcalde Félix Lancer entró en la clínica privada de Santa Elena abriendo las puertas dobles sin que nadie pudiera hacer nada para detenerlo.
Sus escoltas estaban por todos lados y no dejaban entrar ni salir a nadie por precaución.
Félix entró en la habitación de Abigail y preguntó de inmediato sin perder el tiempo.
—¿Cómo está mi hermana?
Los doctores estaban examinando a Abigail y haciéndole chequeos médicos para comprobar el avance de su reacción.
—¡Es un milagro!—, exclamó una de las enfermeras.
—Enfermera, por favor—, reclamó el doctor a cargo.
—Lo siento...
—Pase adelante, señor alcalde. Lo estábamos esperando.
—Me dijeron que viniera urgente porque habían noticias de mi hermana, doctor.
—Eso es correcto, y me alegro de decir que son noticias muy buenas.
—¡Hable de una vez por todas!
—Abigail mostró actividad cerebral y demostró que sus capacidades motoras aún funcionan.
—¿Eso quiere decir que va a despertar?
—Muy posiblemente. Sólo que será un proceso muy lento.