En la habitación 328 del hotel Le Luxe Étoile.

—Adoro el vino francés. Siempre fue mi favorito. Mi papá lo sabía, Abigail lo sabía... y ahora... ellos ya no están—, dijo Félix con cierta nostalgia mirando su copa.

—¿Me trajiste aquí para hablar de tu padre muerto y tu hermana en estado vegetativo?

—No, Ximena. Te traje para averiguar qué querías hacer con mis aviones privados.

—Ramiro no se equivocó. Era una trampa.

—Entonces fue ese traidor el que te advirtió. Eso tiene sentido. Ramiro conoce todas las tácticas de mi staff... qué decepción.

—¿Decepción? ¿Nosotros te decepcionamos a tí?

—A ver... Querías usar mis aviones justo después de que Ramiro decidió irse a tu staff. Eso sólamente me suena a una persona, a un nombre...

—¿Un nombre?

—Adelina...

—¿Adelina?

—Por supuesto. Seguramente ese traidor te dijo que ella seguía con vida y que estaba secuestrada en Estonia. Él descubrió la verdad cuando trabajaba para mí... Maldito traidor.

Ximena descubrió que Félix no sabía nada