Capítulo 134. ¡Déjalos ir!
Ximena había reaccionado mientras que Ramiro estaba muy pendiente de ella abanicando aire con una revista.
—¿Se encuentra bien?—, preguntó Ramiro.
—En el fondo tenía la esperanza de volver a verla—, respondió Ximena apoyando su frente sobre su propia mano.
—Entiendo su dolor. No es fácil perder a un ser querido. Pero, ahora tenemos cosas más importantes por la cual preocuparnos—, dijo Ramiro—, Adelina no está aquí y no tenemos ni idea de dónde están los otros burdeles.
Las mujeres comenzaron a sentir pena por Ximena. Se notaba lo mucho que le había afectado la noticia de la muerte de su hermana.
—Adelina no está con nosotras porque se la llevaron los proxenetas—, dijo una de las chicas totalmente cabizbaja.
—¿Los proxenetas?—, preguntó Ramiro.
—¿Cuántos fueron? ¿Hacia dónde se la llevaron?—, Ximena se levantó del sillón y se acercó a esa chica.
—¡No le digas nada!—, insistió la chica del principio—, Aún no sabemos si podemos confiar en ella.
La chica que había decidido hablar,