Capítulo 133. Señorita... Ella murió
Alexander y Dante bajaron lentamente del vehículo muy sorprendido de que ese oficial también estuviera hablando en español. Era muy poco probable toparse con el único policía español de todo Estonia. Sin embargo, parecía que esa noche no estaban de suerte.
—¡Ayúdeme! ¡Por favor! ¡Auxilio!—, gritó Adelina asomándose por la ventanilla del carro con desesperación.
El policía se alertó de inmediato y sacó su pistola para apuntarle a los dos proxenetas que ya estaban con las manos arriba.
—¡Ustedes dos! ¡De rodillas!—, gritó el oficial llenándose de nerviosismo.
—Podemos hablar, oficial. Ésto no tiene que ser así. Usted puede ganarse algo de dinero por su ayuda—, dijo Alexander mientras ambos obedecían bajando lentamente.
—¿Qué acabo de escuchar? ¿De verdad pretendes sobornar a un oficial de la ley?—, preguntó el policía acercándose cautelosamente mientras alumbraba con la linterna de su teléfono—, ¿Quién es ella y por qué la tienen encerrada en su automóvil contra su voluntad?—, interr