Capítulo 125. Tú conspiraste en mi contra.
En la mansión Lancer.
—No puedo creer que todo ésto sea mío—, dijo Ximena a Ramiro mientras ambos admiraban los jardines de la mansión desde el balcón más alto.
—Se merece ésto y mucho más, señorita Ximena, después de todo lo que sufrió por culpa de ese monstruo—, dijo Ramiro.
—Lo sé. Pero, aún así no dejo de tenerle miedo—, confesó.
Ramiro la tomó de los hombros y la obligó a mirarlo fijamente a los ojos.
—Ese hombre ya no te volverá a tocar. Ya no, nunca más.
Ximena se liberó de las manos de Ramiro esquivando su mirada.
—Es que tú no lo conoces. No sabes de las cosas que Félix es capaz.
Ramiro frunció el ceño.
—Él tampoco me conoce a mí. No sabe de las cosas que soy capaz de hacer para defenderla, señorita Ximena. Por usted... por usted yo daría mi vida—, dijo Ramiro hablándole a la espalda de Ximena.
Ximena se sintió muy incómoda al escuchar a su escolta hablar de sus sentimientos hacia ella, y encontró en el pequeño Fernando la excusa perfecta para cambiar el tema.
—¿Qui