Capítulo 124. Pagarán por lo que hicieron.
El olor del chocolate se apoderó de todo el salón de juego haciendo agua la inocente boca del pequeño Xavier.
Félix sudaba mientras veía en un efecto de cámara lenta como ese niño se preparaba para introducir ese dulce en su boca.
La garganta de Félix se secó y dejó un sabor agridulce que no podía soportar. El sudor en su frente goteaba al punto que lo hacía sentir estresado.
—¡Espera!—, gritó Félix en el último segundo y golpeó el chocolate casi en el interior de su boca para hacerlo caer al suelo.
El pequeño Xavier miró con tristeza como el primer regalo de su vida se había dañado contra la alfombra de terciopelo rojo.
—Ese está sucio. Te prometo que te voy a regalar mucho más—, dijo Félix.
—¿Más chocolate?
—¡Urdaneta!
—¡Ordene señor!
Urdaneta entró rápidamente en la sala de juegos tan firme como siempre. Aunque no pudo evitar mostrar su expresión de alivio al ver que el pequeño Xavier estaba bien.
—Llévate ese chocolate sucio que cayó al suelo y por favor trae chocolate li