Capítulo 126. ¿Él? ¿Yo?
Ximena apretó sus puños con fuerza hasta que sus uñas rasgaron sus propias manos. El regreso de Fernando ya era demasiada impresión, sin embargo, ahora debía soportar también su desprecio por algo que no era cierto.
—Dígame, señorita Montenegro. ¿Cuánto quiere por las empresas Lancer?
—Usted está equivocado. Jamás le voy a vender mis empresas.
—Tengo el respaldo de mi fortuna, y eso es algo con lo que nadie puede competir.
—Pues yo lo haré.
Fernando sonrió con soberbia.
—Ya veo que se niega a venderme sus empresas. Eso quiere decir que tendré que hacerlo por las malas.
Ximena golpeó el escritorio con la palma de su mano totalmente abierta.
—¡Usted no me intimida, señor Fernando!
—Es fácil decirlo cuando estás bajo la protección de tu escolta armado—, dijo Fernando mirando a Enríquez—, Veo que Félix te entrenó muy bien.
Ximena frunció el ceño totalmente enojada.
—Enríquez, por favor, déjanos solos—, ordenó Ximena sin dejar de mirar a Fernando fijamente.
—¿Está segura, señorit