Capítulo 123. ¿Un regalo?
En un antro europeo de luz violeta y música electrónica sonando de fondo, había un hombre sentado en un sky rojo.
Ese hombre de barriga abultada y abundante barba, acababa de pagar por un baile erótico que no estaba siendo lo que tenía en mente.
—¡Joder! ¡Moverte más!—, gritó ese hombre con acento español.
Adelina bailaba en ropa interior sobre ese sujeto usando una peluca de color azul y con la mente demasiado turbia como para concentrarse en lo que estaba haciendo.
La música seguía y el baile era exactamente el mismo. Así que ese hombre veía cómo su dinero se desperdiciaba.
—¡Quítate de encima!—, el hombre empujó a Adelina y la hizo caer al suelo.
—¡Eres un idiota!—, gritó Adelina con frustración.
—¡Este bar es una estafa!
El hombre estaba totalmente alterado y eso hizo llamar la atención del dueño del antro que no tardó en aparecer en esa zona del burdel.
—¿Qué está pasando aquí?—, preguntó el encargado.
—¿Qué qué pasa? ¡Te diré qué pasa! Me prometieron un baile erótico a