Capítulo 113. Llegó el día.
Ximena no dejaba de llorar la muerte de su mejor amiga. Incluso habían madrugadas en las que se despertaba llorando y ya ella no estaba para que la abrazara o consolara. Así que debía abrazar la almohada y seguir llorando hasta quedarse dormida de nuevo.
Así pasaron los días y el poder de Félix aumentaba cada vez más. A este paso parecía que nadie podía derrotarlo. Todo aquel que intentaba algo en su contra terminaba muerto o destruido.
Ni siquiera el gran Haiko Torishima, con toda su riqueza pudo ser oponente para este monstruo que devoraba todo a su paso.
Las empresas Lancer volvieron a ser las número uno del top mundial y Félix se sentía en la cima.
Pero, hay un dicho que dice: "Aquel que sube como espuma, siempre cae como coco", y Félix no sería la excepción de esa regla.
Ximena había pasado los últimos 4 meses encerrada en una habitación llorando la muerte de su mejor amiga. Comía muy poco, dormía mal, y no hacía ningún tipo de ejercicio.
Eso la llevó a tener un adelanto en