Lucy
Dejo que mi mano libre baje hasta mi clítoris y lo acaricio con un movimiento lento, excitándome.
Tengo la piel sensible, pero incluso así no me importa.
—Joder —sisea Sawyer, entre dientes, cuando me lo meto más en la boca, acariciando la pared inferior de su polla con mi lengua y tragando sobre su piel para volverlo loco.
Su puño se enrosca, tenso, en mi pelo, y con el otro me agarra por la mandíbula como si intentara evitar que lo consuma con tal frenesí.
—¿Quién cojones te enseñó a hacer eso? —Su voz se debilita por la lujuria y el placer.
Si pudiera sonreír lo haría, pero lo tengo demasiado dentro de la boca.
Sé que está cerca por la forma en que se agita un poco en la parte posterior de mi garganta por la necesidad.
De pronto, se aparta de mí. Me toma por la cintura y me tira de nuevo en la cama.
Son perder ni un solo segundo, me sigue hasta que queda sobre mí mirándome fijamente con los ojos brillantes por el deseo.
Mueve las caderas con suavidad, restregando su pene