—¿Cómo entraste aquí, Dominic? —Alessia lanzó instintivamente la toalla que tenía en la mano hacia el rostro de Dominic.
Dominic la atrapó sin esfuerzo y la dejó a un lado, su rostro apuesto con un toque de cansancio:
—¿No te dije que volvería a hablar contigo?
—Pensé que regresarías tarde esta noc