En el umbral de la puerta estaban Evelyn y Gordon, sosteniendo una canasta de frutas y un ramo de rosas rosadas.
—Dominic —lo saludó Evelyn con una sonrisa radiante, el rostro iluminado por la emoción—. Nos enteramos de la buena noticia por Eleanor.
Dominic parpadeó. —Ah… así que se los contó.
Elean