—Mamá, lo siento, parece que arruiné tu reunión —se disculpó Christian con la cabeza gacha mientras salían por la reja de la familia Ramírez.
Alessia miró a su dramático hijo y dijo:—Entonces, ¿cómo piensas compensarme?
—¿Eh? —el pequeño levantó la cabeza de inmediato, nervioso, sin mostrar ni una pizca de arrepentimiento en su rostro.
Alessia le dio un golpecito en la nariz.—Está bien, no te culpo. Lo hiciste bien esta noche. La que no lo hizo bien fui yo; no debí haberte traído a una ocasión así.
—Mami siempre tiene la razón —intervino Eleanor, que hasta entonces no había hablado, levantando la cabeza sin el menor principio.
El corazón de Alessia se ablandó en ese instante y decidió que nunca más llevaría a sus dos hijos a casa de los Ramírez. No quería que sufrieran por su culpa.
Al día siguiente, Ava la llamó varias veces para invitarla a ir de compras, pero al llegar al lugar acordado, Alessia no encontró a Ava, sino a Nolan.
Alessia frunció el ceño.
—No me mires así. Mi tía insi