Alessia sacudió la cabeza y dio varios sorbos de agua seguidos.
No sabía cómo había llegado de nuevo a su habitación, pero tenía claro lo que pensaba en ese momento: no se reconciliaría con Dominic.
Aunque los sentimientos atrasados aún hacían latir su corazón con fuerza, ese tiempo había pasado, y ya no necesitaba revivir esas emociones.
Pero había algo: la disculpa de Dominic la hizo sentirse tranquila. Ese “lo siento” resumía los tres años que ella le había dedicado alguna vez.
Calmó sus emociones, se sentó en la cama, colocó el portátil sobre sus piernas, abrió hábilmente la interfaz de trabajo y vio que su teléfono vibraba sobre la mesita de noche.
Era M llamando.
Presionó el botón de contestar y la voz ansiosa de M llegó de inmediato:
—Jefa, es grave. Alguien infiltró la base de datos y buscó el video de tu cirugía del año pasado. Los métodos de esta persona son muy sofisticados. Al principio no pude detectarlo, pero por casualidad recordé que TiffByte estaba buscando a alguien