Antonella: El sueño de toda mujer es casarse con un príncipe azul. Y hoy... Hoy me caso con un hombre increíble y apuesto... Pero... Hay un problema ¡El no me ama! Noah: Los hombres cuando nos enamoramos perdidamente, anhelamos hacer de esa mujer nuestra "Esposa"... Pero la mujer que está a mi lado vestida de blanco... No es la mujer que amo. Es más... ¡Por su culpa! Por su culpa perdí a la mujer que debería estar ocupando su lugar. Y ahora... Ahora yo voy hacer que viva un infierno por todo el daño que me hizo. --------- ¿Amarías a alguien que odias? ¿U odiarías a alguien que amas? Antonella fue víctima de esta situación, cuando por su causa, un millonario fue obligado a casarse con ella, haciendo que este terminará con su novia de años a quien amaba con locura. ¿Será que Antonella provocó todo eso? A Noah no le importa la respuesta a esa pregunta. Lo único que quiere es vengarse de ella por haberse casado con él y hacerla sufrir todo el tiempo que estarán casados. Pero...Cuando a Noah se le pase su molestia y se de cuenta que en verdad la ama... ¿Será que Antonella lo recibirá con gusto o su corazón estará tan cerrado por el odio que también buscará hacerlo sufrir?
Leer másPrólogo
Él no salía de su asombro. Estaba más hermosa de lo que recordaba. Su cuerpo, su estilo, su cabello. Todo en ella había cambiado… Hasta su mirada pero, ese era el único cambio que a él le destrozaba. Una mirada gélida y llena de rencor es lo que recibía de parte de ella.
—Me alegró mucho de verte. De verdad… De verdad que te he extrañado.
—¿En serio? —respondió con ironía y con una ceja alzada—. Es una pena, porque a mi me repugna tan siquiera verte.
Como una lanza, esas palabras atravesaron su corazón. Solo pudo agachar su mirada. Merecía esa mirada, merecía esas palabras, merecía todo el desprecio de su parte. Era su culpa el radical cambio de esa mujer. Era por él… Que la dulce e inocente Antonella se había convertido en una mujer con agallas y maquiavélica. Por su culpa, por haber matado toda su bondad, ahora existía una mujer exitosa que sabía su valor y no estaba dispuesta a recibir menos de lo que ella estaba dispuesta a dar.
—Sé que es tarde… Pero lo siento.
—No necesito tus disculpas… Nada de lo que digas cambiará el pasado y mucho menos… Disminuirá el dolor que siento. ¡Porque, sí!... Todo lo que pasó fue por tu culpa, así que vive el resto de tu vida en miseria… Por qué es lo más benevolente que mereces.
Antonella pisó fuerte y emprendió su camino bamboleando el seductor vestido dorado que resaltaba su impresionante piel morena y sus rizos chocolate. Dejando a ese pobre hombre hundido en el sufrimiento en el que llevaba preso más de dos años, pero aún así no perdía las esperanza de poder recuperar el amor que él mismo destruyó por no ver su valor en el momento correcto.
POV Antonella
No puede ser. ¡No puede ser!.
Está pasando. ¡En verdad está pasando!
Entonces que es así cómo se siente. Todos estos años me perdí esto. ¿Cómo algo tan placentero puede ser considerado un pecado? ¿Y por qué dicen que duele la primera vez? Nada de lo que él me ha hecho me ha dolido, ¡Al contrario! Me ha llevado al cielo un sin fin de veces.
—¿Te duele?
—Un poco, pero no quiero que pares.
Besó mis labios con tanta dulzura que incluso me asustó.
—Pues ahora, Antonella, sabes de primera mano lo que es hacer el amor.
Sin esperarlo, toda su longitud entró en mí robándome más que un gemido, un grito de placer, dolor y satisfacción. Me aferré a su espalda y creo que eso le dejará marca. Era oficial, ¡Había perdido mi virginidad!
Pero… ¿Cómo llegamos a este punto?... Pues déjenme contarles.
Una semana antes.
—¡Oh! ¡Santo cielo! ¡OH, Si!
Por favor, otra vez no.
Trato de concentrarme en mi trabajo para omitir los gemidos de la mujer número X, que está siendo perforada por el pelele de mi jefe.
—Es por esa razón que les pedimos encarecida…
—¡Ahh yeess!
Ese estruendoso ruido es el colmo. Me levanto de mi asiento y me marcho de aquella oficina que parecía más bien un cuarto de hotel.
Piso fuerte en mis talones y me dirijo a la área de descanso, donde se supone que debería "descansar"... Pero ni siquiera soy capaz de llegar.
—¡Antonella! Sácale copia a estos panfletos, los necesito para ayer.
Flor, la gerente del piso no puede verme porque cree que soy su empleada.
¡Claro! Cómo no… cómo no lo haces tú.
Eso es lo que siempre respondo en mi mente… Pero…
—Por supuesto, enseguida lo hago.
Con una enorme sonrisa en mi cara tomo los panfletos y me dirijo a sacar las copias.
Una vez que lo hago y se lo entregó en sus manos con mucha carisma, no recibo ni un gesto de agradecimiento. Le saco la lengua apenas se da media vuelta y cuando trato de ir por un café, el jefe del departamento me pide que le compre un café y con él, todos en la oficina me lo piden.
¡Vayan y busquen sus cafés cuerda de miserables flojos, inútiles e inadaptados!
—Claro. Yo voy.
¿Por qué eres así Antonella?
¿Por qué no puedes negarte y dejar de hacer el trabajo de otros?
Afff. Estoy cansada… Pero no puedo decir que no, no está en mi ADN decir que no.
Pero como quisiera aprender a decir que no… Creo que eso resolvería muchos de mis problemas. Cómo por ejemplo en el que estoy ahora.
—¡TE PAGO PARA QUE ESTÉS TUS HORAS LABORALES SENTADA EN ESTA PUTA SILLA, ATENTA Y DISPONIBLE PARA MI, CADA VEZ QUE TE NECESITE! PERO QUE OCURRE.. OCURRE QUE CUANDO TE LLAMO, LA SEÑORITA ESTABA PASEANDO Y COMPRANDO CAFÉ. ¿TIENES ALGO QUE DECIR AL RESPECTO?
Veo los ojos grises de mi jefe y dentro de mí nace un deseo enorme de gritarle y decirle mil y un cosas… Y lo hago… Todo lo que quiero decirle, se lo digo.
¡Si! No estoy aquí para escuchar cómo se coge a una de sus putas. ¡Es desagradable! Tan desagradable como usted que es petulante, arrogante, fatuo y un maldito engreído. ¡Es más! Sabes que… ¡RENUNCIO!
Mi jefe cae en su asiento por la forma tan abrupta y agresiva en que le hablé. No lo podía creer, no podía creer que yo…
—¡Antonella!... ¿Qué no piensa responder?
Los chasquidos de mi jefe me sacan de lugar feliz de mi mente, donde lo mandaba a la m****a, y me hacen aterrizar en esta porquería de lugar. El alza sus cejas en la espera de que le de mi respuesta.
—Lo siento, señor. No volverá a suceder.
—Siempre dices lo mismo. “Lo siento, señor”... Quiero dejar de escuchar excusas y ponte las pilas.
—Si, señor.
[...]
Esa era mi vida, algo patética, algo ridícula, algo soza. Aún así, amaba mi vida, tenía salud, tenía una familia amorosa que me inculcaron que no importa que tan podrido está el mundo tengo que mantener la bondad en mi corazón. Mi padre era el vivo ejemplo de bondad, no importa que tan color de hormiga se ponga la cosa, él siempre mantuvo una mente positiva.
Hace seis años que nos dejó y le tocó a mamá tomar su lugar de cabeza de familia… Solo que ella no es tan apacible como papá.
Vivimos en Tijuana, México… Bueno, mi familia vive en Tijuana, yo me mude a Los Ángeles hace tres años cuando fui transferida a esta sucursal en los Estados Unidos, donde empezó esta tortura con mi adorado jefe. Fue difícil separarme de mi familia, pero lo hice sin dudar ya que el pago era bueno y me permitía apoyar a mi familia. Aun así, los momentos que más anhelo es cuando llega mi hora de salida.
Suelto un suspiro y cierro mis ojos a la vez que lo hacen las puertas del ascensor. Me concentro en meditar un poco para alivianar la carga que ni me molesto en abrir los ojos cuando las puertas del elevador vuelven abrirse.
—¿Cansada?
¡Esa voz!
Abro los ojos exaltada y me encuentro con el rostro de el hombre que para mi es el más hermoso de este lugar. Lucas.
—Lucas. ¿Vas de salida? —respondo con naturalidad tratando de aparentar que mi corazón no está apunto de salirse.
—Si, ya es hora. Más bien es un milagro que tu estés saliendo a está hora.
—¿Tú dices?
—Si. Tu jefe te tiene esclavizada. Se te ve en la cara que estás cansada.
—Lo estoy, en realidad —respondo, soltando un suspiro que denota mi cansancio.
—Tienes que llegar a casa preparando la cena, ¿cierto?
Asiento en respuesta a su pregunta. Lucas hace una mueca con su boca al mismo tiempo que replica mis movimientos, luego de unos segundos de pensar en algo me lanza una oferta que por nada en el mundo podría rechazar.
—Quizás no sea la solución a tus problemas, pero… ¿Puedo invitarte a cenar? Por lo menos te ahorras el cansancio de preparar la cena.
[...]
Y como lo dije. ¡Ni loca rechazaría esa invitación!. La pasamos increíble, Lucas es la primera persona que se ríe de mis chistes malos y es más cómico de lo que pensaba. Y ni hablar de caballeroso, me llevó hasta mi apartamento.
Desde ese día tendemos a hablar más, siempre me regala una sonrisa cuando me ve, es… Es muy atento conmigo… Creo… Creo que le gusto. ¿Será que en algún momento me pedirá que seamos algo?
¡Ahhh! ¿Te imaginas? ¡Por fin tendré novio!
—Antonella —la meliODIOSA voz de mi jefe se escucha por el comunicador.
—Sí señor.
—Llama a todos y diles que los quiero en mi oficina en diez minutos.
—Si, señor.
La empresa donde trabajo es enorme, pero cuando mi jefe dice “llama a todos”, se refiere al personal que trabaja en este piso, que en total somos dieciocho empleados, de los cuales Lucas no estaba incluido, ya que él se encuentra en otro piso.
En menos de los diez minutos que mi jefe me pidió, ya todos estaban en su oficina. El ambiente era tenso ya que el que nos reuniera solo significaba una cosa… ¡Problemas!. Es por eso que nadie se atrevía a decir ni una sola palabra y todos esperaban que fuera él quien hablara.
—Señor —le digo temerosa, tratando de sacar su atención de su computador—. Ya todos están aquí.
Mi jefe alza su mirada por encima de sus lentes y es en ese momento que se percata que su oficina está llena.
—OH. Aquí están. Que bueno que estén aquí.
Esto es extraño. La voz de mi jefe no es para nada filosa, es… ¿Amigable?. Si, está usando un tono más amable y eso es algo que no se ve todos los días.
—Se que se preguntan para que los convoqué… Y quizás piensen que voy a decirles algo malo, pero la realidad es que no… Hoy es todo lo contrario. Los llamé porque quiero felicitarlos y agradecerles por su trabajo… ¡Hemos superado las ventas de este mes! y los de arriba determinaron que ese logro es debido al buen trabajo que ha realizado el departamento de publicidad, o sea, ¡Nosotros!. Un aplauso para ustedes, por favor.
De inmediato obedecemos a su solicitud y todos comenzamos a aplaudir emocionados.
—Todos van a recibir un bono por recompensa… ¡Pero!... Uno de ustedes recibirá un premio… ¡Un viaje, para dos personas, con todos los gastos pagos para las Bahamas!
Con esas palabras todos se exaltan y comienzan a aplaudir y jadear de la emoción, todos menos yo, ya que jamás en mi vida me he ganado algo, así que no me emociono ni un poco por ganar ese viaje.
—Aquí en este bol, está el nombre de todos ustedes. Yo como no estoy participando, seré quien saque el papel, pero… Meneemos un poco esto, ¿no les parece?
Y lo hace. Comienza a menear el bol al frente de todos. Luego lo coloca en el medio de todos y saca uno de los papeles, lo lee en silencio para luego decir el nombre del ganador que yo… Por alguna razón no logré escuchar, solo comencé a sentir la mirada de todos encima de mi, mire a todos sin comprender porque me miraban tanto, fue cuando uno de mis compañeros me da un codazo.
—¡Ganaste Antonella! ¡Ganaste!
Ahora si que abro los ojos impactada y a la vez confundida, esperando que no sea una broma pesada.
—¿Yo? — Me señaló aún asombrada.
Todos comienzan a reír por mi confusión, pero veo que algunas personas me miran con desprecio.
—Si Antonella, ganaste —dice mi jefe—. Ven, toma tu premio.
Con dificultad caminó al frente, a donde se encuentra mi jefe con una carpeta del resort donde pasaré mis vacaciones… Una vacaciones que gane por sorteo ¡Por primera vez!
¡Gané! ¡Voy a conocer las Bahamas!
Todos aplauden entre molestos y obligados, pero me da igual, ¡Iré a las Bahamas, ellos no!
Me toman una foto con mi premio en manos y luego de eso todos se van a sus puestos. Igual lo hago yo, pero es imposible que no pueda borrar la sonrisa que cargó, esa sonrisa me acompaña incluso en mi hora de salida.
—¡Felicidades Antonella!
Escucho la voz de Lucas a mi espalda y de inmediato giro para tenerlo en mi campo visual.
—¡Hola!
—Hola. Vaya, miren esa carita de felicidad. ¿Estás contenta por tu viaje a las Bahamas?
—¡Por supuesto! Primera vez que gano algo.
—¡Eso! ¡Hi five!
Ambos chocamos nuestras palmas en el aire y eso hace que mi sonrisa se ensanche aún más.
—Gracias.
—Tenemos que celebrarlo. Vamos por unas cervezas, yo invito.
Abro los ojos asombrada por su efusividad, pero de inmediato acepto y me aferro al brazo que este me ofrece.
Solo bastaron pocas cervezas para soltarme por completo. El lugar que escogió Lucas era muy bueno, muy cómodo y privado. Tenían Karaoke, del cual me adueñé a la tercera cerveza. Todo fue extraordinario. En momentos pensé que él estaba a punto de besarme, pero no pasaba, quería hacerlo yo pero tampoco me atrevía. Quizás unas cervecitas más nos ayudaba a soltarnos como en… Pero… Eso no sucedió.
Ya estaba al frente de mi departamento y él, muy caballeroso me acompañó.
—Hogar dulce hogar.
—Si, ya llegué a casa.
Los dos nos quedamos en silencio y pude ver cómo está pensando para decir las cosas, creo que quiere declararse, lo noto en su mirada. Pero al final solo me pregunta…
—¿Tienes con quien ir a las Bahamas? Digo… El viaje es para dos personas.
Me quedo en silencio y lo observo y es ahí donde veo la oportunidad perfecta para que él termine de confesar sus sentimientos por mí… La oportunidad perfecta para que pasemos de ser amigos a ser novios.
—La verdad es que no tengo con quien ir. Ahí una persona que tengo en mente en un momento llamaré para preguntarle.
Lucas asiente y agacha la cabeza, se ve que no es la respuesta que esperaba.
—Espero de corazón que disfrutes tu viaje. Ya veré tus fotos en redes… Descansa. Nos vemos mañana.
—Hasta mañana.
Ambos nos despedimos con un movimiento de manos y Lucas da la espalda para marcharse.
Yo me quedo ahí observando y cuando está un poco lejos, tomo mi celular y lo llamó. Veo como este se detiene y mira extrañado el celular, gira hacia mí y lo atiende.
—¿Qué suce…
—Me gane un viaje a las Bahamas— lo interrumpo—. Es para dos personas con todos los gastos pagos… Y no tengo con quien ir… ¿Te gustaría ir conmigo?
Lucas me ve asombrado y el silencio se hace presente. Estaba a punto de colgar y salir corriendo al pensar que me rechazaría, cuando…
—Me encantaría… Para mi sería un honor ir contigo a ese viaje.
POV AntonellaCuando nacemos… ¿Nacemos con maldad en nuestro interior o somos tan puros como una paloma? ¿Puede una persona buena convertirse en alguien perverso?... Para mi la repuestos es sencilla, ¡Si!, y no saben cuán rápido se puede pudrir con una gota de maldad a todo un corazón bondadoso como el mío.Desde el alto balcón de aquella biblioteca veo al causante de mis amarguras, Noah, escabullirse de está fiesta tal cual rata escurridiza. ¿Cómo logró entrar? ¿Se supone que no era momento para encontrarse conmigo? Pero… ¿Por qué su mirada…—¡¿Qué sucedió?!Oigo la puerta abrirse con brusquedad mientras que él entra al salón interrogandome de inmediato.—Eso mismo es lo que quisiera saber yo —respondo serena, sin dejarme perturbar por sus palabras—… ¿Qué sucedió? — me giro para ver a las dos personas que acaban de entrar a la habitación con sus respectivos trajes de avestruz— ¿Qué no se supone que la seguridad estaría al máximo? ¡Ese tipo entró a mi habitación! — exploto.Samuel mira
POV NoahEra impresionante lo que mis ojos estaban viendo. Tenía tanto tiempo buscándola. Tenía tanto tiempo hundido en la desesperación y depresión por no encontrarla. Gasté una fortuna con los mejores detectives y nunca recibí información sobre ella. Sabía que estaba viva, pero no era suficiente Necesitaba tenerla frente a mi, verla… Y ahora… Ahora que está aquí no puedo hacer nada… La impresión es tanta que no sé cómo salir de ella.Se ve tan hermosa. Se ve tan imponente, pero, su mirada está tan llena de odio que duele. Sé que debe odiarme por todo, pero cuando le explique ella podrá entenderme. Lo sé.Todo volverá a ser como antes. —Me alegro mucho de verte. De verdad… De verdad que te he extrañado.—¿En serio? —respondió con ironía y con una ceja alzada—. Es una pena, porque a mi me repugna tan siquiera verte.Como una lanza, esas palabras atravesaron mi corazón. ¿Qué podía hacer? ¿Qué podía decirle? Merecía esa mirada. Merecía esas palabras. Merecía todo el desprecio de su p
POV NoahSer el centro de atención no es algo nuevo para mí, pero la verdad, no quería serlo por mucho tiempo. Tengo muchísimas cosas de que ocuparme para que está maraña de inconformes estuvieran observándome como un bicho raro.—Como bien lo dijeron, Carl Mayer nunca ha recurrido a los atajos para concretar un negocio. Nunca lo hizo y se encargó de educarme correctamente… Muchos de ustedes han estado en esta empresa incluso mucho antes de mi nacimiento. Sé que se preocupan por ella, pero créanme cuando les digo que si hay alguien preocupado, soy yo. Desde hace unos años tengo a varias personas saboteando la empresa. He hecho muchas cosas para impedirlo, pero el enemigo es bastante astuto. No sé quiénes de ustedes me creen, pero los que no me creen y están decididos a marcharse —Alzo mi mano indicando la puerta—. Está en la libertad de marcharse. Mi secretario le estará enviando el contrato de compra de sus acciones, porque ¡Sí! Seré yo quien compre sus acciones. ¿Fui claro?Todo el l
POV Peter—Señor necesito su firma para aprobar la compra.—Señor, los accionistas esperan por usted para empezar la reunión.—Señor, LDH solicitó una cita ¿La agendo para el jueves o los rechazo por el momento?—Señor.—Señor.—¡Señor!Por alguna razón le rogué a mi tía que ni se le ocurriera dejarme la empresa a mi. Ser el CEO es demasiado trabajo para alguien como yo. Trabajo por qué es la única manera de conseguir dinero, pero yo no necesito demasiado dinero, con tal de tener para poder ir de compras, viajes y fiestas, todo estaba perfecto…Pero ahora…¡Ahora tengo que hacer todo lo que un CEO debe hacer! Pero el colmo es… ¡Que no soy el CEO!Noah tiene más de dos años ausente en la cual le dio igual si está empresa se iba por la borda o no. No podía permitirlo, sin pensarlo hice todo lo que tenía que hacer para mantener esto a flote.Pero en papel, Noah sigue siendo el dueño de todo esto.Cada vez que necesito su firma voy a su apartamento y se la saco a pulso ya que el hombre e
POV NoahSegún Osho, un maestro de la meditación, el sexo es un acto sagrado. Un acto en el que dos personas son capaces de convertirse en dioses porque en ese momento pueden crear vida. ¡Hoy! Hoy puedo decir que sí que es un acto sagrado, así lo siento. Ver a Antonella dormir plácidamente me da paz. Cada vez más me convenzo de que esto es lo que tenía que pasar. Que mi destino siempre fue ella y que ahora solo queda disfrutar de nuestra unión.Pero… Tengo que alejarla del peligro. Esa mañana mientras veía a Antonella dormir, Peter me llamó alterado y me exigió que fuera a la oficina lo más pronto posible. Lo que me informó fue algo que no me esperaba.—¿Esto tiene que ser una broma?—Pensé lo mismo, pero ahora las cosas están tomando sentido.—Sofía… y Félix… Son familiares de las víctimas del atentado.—Así es. Ya que la policía no daba con ninguna pista, comencé a buscarlas yo mismo desde otra perspectiva… Y al revisar con su historial vi que en realidad era viudo, su esposa murió
POV AutorLa venganza cuando se mezcla con el amor puede generar un estado de una ira y confusión que ocasiona que las personas cambien de pensamiento de un segundo a otro.Antonella no subestimó si aquel vídeo pudiera estar fuera de contexto, solo se repetía en su mente una y otra vez la forma tan cruel en que la palabra "basura" salía de sus labios.Samuel se tomó su tiempo en calmar a Antonella y luego, con la mente más serena, le puso en la mesa las cartas que él colocaría para que ella jugara contra Noah. Las cartas que podrían destruir a Noah y sacar a la luz la "verdad" que ellos estaban manejando.Antonella sintió miedo, no sabía si estaba lista para hacer algo como eso y mucho menos si era lo correcto, dentro de su corazón herido estaba su noble corazón que se negaba hacer algo tan malo a alguien, aún si esa persona lo mereciera. Aún así… Antonella decidió dar los primeros pasos del plan que Samuel le presentó.Noah esperaba a Antonella con un ambiente muy agradable dónde po
Último capítulo