Luego del encuentro con Nicolás, Jade no quiso irse inmediatamente a su casa. Así que salió de la universidad y se dirigió al centro comercial más cercano, donde caminó sin rumbo por varias horas.
Era de noche cuando regresó a la mansión Meier.
Todo estaba en penumbra, notó la joven cuando cruzó la puerta de entrada. No logró visualizar a ninguno de los empleados del servicio, pero esto no le preocupó en lo absoluto, ya que, era algo habitual que Adriel los despechara temprano.
La casa, la mayoría del tiempo, estaba sola para los dos...
Jade sintió un estremecimiento de anticipación al darse cuenta de lo que esto significaba.
Se imaginó participando en varias escenas candentes, todas ellas la implicaban a ella y a su esposo en posiciones muy comprometedoras, mientras disfrutaban de la pasión que embargaba sus cuerpos.
La chica se mordió el labio inferior y se apresuró a subir las escaleras. Necesitaba darse un baño y estar completamente lista para cuando Adriel llegara de la ofici