Capítulo 048

Ya no quería negarse nada más, quería vivir, experimentar…

Era por eso que Natalia no se negó cuando su marido comenzó a besarla en el auto de camino a casa.

El chófer emprendió la marcha y un repentino calor se apoderó del asiento trasero, dónde ellos dos se encontraban.

Se miraron entonces, el deseo bailando en sus ojos, mientras observaban con reprensión la ridícula distancia que los separaba.

Fabián dio el primer paso.

Natalia no se resistió.

No quiso pensar.

Su mente quedó en blanco al instante.

Realmente no podía pensar en nada, cuando la lengua de su esposo se abría pasó en su boca con tanta urgencia.

Su cabeza se echó hacia atrás. Sus ojos se cerraron. Y las sensaciones se intensificaron por completo.

El calor la invadió en fuertes oleadas que estremecieron su cuerpo.

Sentía que se asfixiaba.

Pero a la vez sabía que podría morir feliz en ese momento.

«¿Hace cuánto que no se sentía tan plena?», se preguntó en medio de un jadeo.

Ni siquiera recordaba que los besos de R
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