Christopher
La luz del amanecer se filtraba por las ventanas de mi despacho mientras contemplaba los documentos esparcidos sobre mi escritorio. Había pasado la noche entera revisando cada detalle, cada cláusula, cada posible escapatoria. No podía permitirme ningún error. Esta batalla no era como las que había librado antes; no se trataba de adquisiciones empresariales o contratos millonarios. Era la batalla por mi familia, por Emily, por los niños. Por nuestro futuro.
El teléfono sonó exactamente a las 7:30. Respiré hondo antes de contestar.
—Christopher Blackwood.
—Señor Blackwood, soy el detective Ramírez. Tenemos lo que necesitaba.
Una sensación de alivio recorrió mi cuerpo, pero me mantuve impasible. Años de negociaciones me habían enseñado a no mostrar mis cartas hasta el final.
—¿Está completamente verificado?
—Sí, señor. Las grabaciones, los testimonios, las transferencias bancarias... todo está documentado. Hawkins no podrá escapar de esto.
Hawkins. El nombre que había atormen