La mansión de los Duque.
—¡Mariana! —Carlos se acercó a la cama, extendió la mano para tocarle la frente—. ¿Por qué está tan fría? Carmen, ¡llama al médico rápido!
Viviana entró detrás de él, fingiendo preocupación. —¿Qué le pasa a Mariana? ¿Se cansó mucho anoche?
—Cáncer terminal —Carmen se quedó parada en la puerta —. La señora ya falleció.
—¿Qué? —Carlos se molestó—. No hagas ese tipo de bromas. Anoche estaba bien.
Se dio la vuelta para llamar a su médico privado, pero la señora lo detuvo. —Señor, se fue hace dos horas.
—Imposible. —Negó con la cabeza. Su tono mostraba más fastidio que tristeza—. Solo está tratando de dar lástima. Viviana me dijo que estaba fingiendo estar enferma.
—¿Fingiendo estar enferma? —Carmen se rio con amargura—. Entonces, por favor, vea esto.
Abrió el cajón de la mesita de noche, estaba lleno de frascos vacíos de medicamentos. —Estos analgésicos en dosis letales, son peligrosos. La señora los tomó durante tres días, solo para que ustedes no vieran su sufrim