Al escuchar esto, el rostro de Joaquín cambió drásticamente, lleno de ira.
—¡Cómo te atreves a tratar así a Lucas! Cada vez eres más descontrolada. ¡Hoy definitivamente te voy a dar una buena lección!
Después de decir esto, caminó a grandes pasos hacia Estrella, levantó la mano para golpearla, pero Carolina le agarró fuertemente el brazo.
—Joaquín, Estrella seguramente no lo hizo a propósito. No te enojes, estamos en el hospital, no sería bueno que nos vieran.
Carolina se apresuró a persuadirlo, mientras con los ojos le hacía señas a Estrella para que se disculpara y dijera algo bonito.
Los ojos de Estrella mostraron una frialdad, habló con indiferencia:
—Lucas me pidió que le sirviera agua, le serví el agua y se la di en la boca, ¿qué hice mal?
—¡Siempre tienes respuestas ingeniosas! ¡Parece que esa bofetada no te enseñó nada!
Joaquín tenía el rostro lleno de ira, sus ojos la miraban ferozmente.
Pero Estrella sonrió, sin temor alguno a su mirada.
—Desde pequeña no sé cuántas veces me