Giana se subió al auto, aún algo enojada en su corazón. Mientras encendía el auto se quejaba:
—Esta Irina, después de tantos años sin verla su temperamento sigue siendo tan apestoso. Esa expresión como si alguien le debiera algo, solo de verla da asco.
Antes todas iban a la misma escuela. En la escuela Irina ya no se llevaba bien con ellas. Giana también despreciaba esa actitud de princesita altiva que no respetaba a nadie. Constantemente se peleaban, las dos discutían seguido.
Estrella se volteó y vio su aspecto enojado, sonrió, le acarició suavemente la espalda y dijo:
—Ya no te enojes, tú conoces su carácter. Solo es un poco dominante en su personalidad, pero en el fondo no es mala.
—¿Ella en el fondo no es mala? —Giana abrió los ojos de par en par, muy en desacuerdo—. Cuando te bloqueó con varias chicas, te amenazó, quería que dejaras de estudiar piano, no aceptaste y hasta quería que te golpearan, si no hubiera sido por Juan...
Al llegar a este punto, la voz de Giana se detuvo abr