Capítulo 13 Extraña... conocida
La sonrisa de Samantha fue oscura, triunfal. No solo había conquistado su cuerpo; había quebrado su orgullo.
La joven bajó la intensidad por un instante, levantándose solo un poco, dejando que Javier sintiera la falta. Su respiración era agitada, su cuerpo sudoroso temblaba de deseo, pero ella sonreía tranquila desde arriba.
—¿Quiere más? —susurró, rozando su pecho con la punta de los dedos, jugando con su piel sensible—. Entonces ruégueme…
Él gimió, apretando la mandíbula, incapaz de resistirse:
—Por favor… ¡quiero más!
Ella se inclinó, besándolo con violencia contenida, y luego volvió a moverse con precisión, aumentando la presión y la velocidad solo cuando él empezaba a perder la paciencia. Cada empuje suyo, cada roce de sus labios contra los suyos, era fríamente calculado: lo llevaba al borde una y otra vez, y luego se detenía.
—Todavía no… —dijo, bajando la velocidad y apartándose ligeramente—. Quiero que sienta todo. Que aprenda lo que es estar sujeto a mis deseos.
Luego, sin pr