Barbara entonces le sonrió, comenzando a caminar hacia donde se encontraba Paul para posicionarse justo tras este.
—Supongo que no has hablado con Emma, no te ha contado de la linda plática que hemos tenido —comenzó a decir, no como una pregunta; sino que se trataba más bien de una afirmación.
—No, ¿que tenía que decirme? —le preguntó un tanto temeroso por lo que hubiese pasado con Emma.
—¡Valla! Así que tendré el placer de decírtelo yo misma, que buena suerte la mía —aseguró, aparentemente satisfecha porque fuese de ese modo.
—Déjate de juegos y dímelo de una vez —le exigió Oliver, harto de ella.
—¿Sabes porque Emma sobrevivió? —le cuestiono para su sorpresa.
—¿Porqué? —indago este a su vez, cansado de toda aquella situación.
—Lo hizo porque yo he querido que fuese así —reconoció, jactándose de su aparente control.
—¿Tú? —trato de entender, sorprendido porque aquello pudiese ser cierto.
—Si, a mí me debes eso y que no se te olvide jamás —le hizo ver con una sonrisa malévola en el ros