Capítulo 4

Matteo 25 años.

Mi padre y yo habíamos viajado de emergencia a Italia, nos habían informado que había una serie de perdidas con los cargamentos, mi padre no lo podía creer y yo menos por que estaba a menos de 5 meses de convertirme en capo. 

Mi padre se retiraba a Italia con mi madre y mis hermanos y ¿yo?... bueno yo me quedaba al frente de toda la triada y Nueva York. 

Tenia la suerte de contar con mis hombres de mayor confianza: Andrea y Renato son mis guardaespaldas y mis ejecutores, y luego esta Vicenzo mi segundo al mando que es hijo del tío Marcus, lo consideró como mi hermano.

También viajaba con nosotros el tío Sergei y su hijo Mikhail, el tío Adam y su hijo Samuel, el tío Jetmir y su hijo Emre y también el tío Cristopher y sus hijos Ares y Apolo, menudos nombres les puso, este es problema de la triada también, no solo de los italianos, todos nosotros ya habíamos tomado el lugar en la triada, así que les pedí ayuda, aunque Samuel y Mikhail siempre iban a venir conmigo, los demás decidieron venir por cuenta propia.

- ¿Cómo esta nuestra calabaza? – pregunta el tío Sergei.

- Esta bien – dice mi padre – a todo esto, me dijo que te dijera que te fueras a la m****a, después de tantos años no puedes ser un buen perdedor.

Nos reímos, porque todos sabemos que mi madre y su esposa le patean el trasero en ese juego de baile – Cállate, tú no sabes.

-Todos sabemos que eres un tieso – dice Cristopher – no es secreto de estado.

- Papá – dice Mikhail – todos tienen razón y lo sabes... - Todos nos reímos del tío Sergei, que cada vez se molesta más y más.

Al llegar a Italia nos encontramos con mi abuelo y el tío Zamir – bueno, bueno pero si es su alteza real...

-Cállate imbécil que no estoy de humor – mi padre se acerca y le da una palmada en su hombro lo cual hace que Zamir se enoje y le de un golpe, se acerca al abuelo y le da un abrazo – ciao papa tutto bene?

- Tutto bene – se acerca y me da un abrazo – es un gusto ver a mi nieto.

- Igualmente  nonno.

- Entremos para que nos pongamos en marcha – dice el abuelo – he llamado a los otros hombres.

- ¿ A Quién llamaste? – pregunta Cristopher.

- Vittielo y Di Luca – dejo escapar un gruñido, odio a ese hombre Vittielo siempre es un imbécil, su hijo mayor Federico, siempre hace sentir incomoda a mi hermana y solo por eso le e quebrado los dedos de la mano izquierda, maldito stronzo.

Al entrar nos encontramos a los demás - Buenas noches - dice mi padre. 

- Buenas noches  capo - los hombres se acercan y besan el dorso de la mano de mi padre. 

- Buenas noches - digo. 

- Buenas noches Matteo - los Vittielos me regalan una sonrisa de coma m****a, pero los ignoro, en cambio los Di Lucas, solo me observan seriamente, empezamos la reunión y ver que es lo que esta pasando con los cargamentos.

-Vamos a dividirnos, cada grupo ira a los puertos donde están nuestra mercancía y esperaremos a eso malditos de una buena vez – dice mi padre, nos divide y yo me quedo con Mikhail, Nino, samuel, Andrea y Renato, vamos al puerto donde llega el cargamento de Mikhail el de la Bartva .

Antes de partir mi padre se acerca – ten cuidado hijo, no vayamos a preocupar a tu madre y a tus hermanos.

-Lo mismo digo papá – le doy un abrazo rápido, tomo a mis hombres y mis armas.

En el camino vamos hablando de cualquier cosa – tenia un culo que el mismo dios me envidiaba, fue una buena follada.

-Y ¿Dónde la conociste? – le pregunta samuel a Mikhail.

- En el bar - se encoge de hombros - la muy puta estaba en mi bar y no sabía... mmm, pero me la folle con ganas.

Todos dejamos escapar una carcajada, al llegar a nuestro destino nos colocamos en posición. Yo me quedo cerca de la calle, puede que venga por ese rumbo.

-¿Cómo vas Matteo? – me pregunta Andrea.

- Despejado, no veo señales de nada... - antes de continuar veo como una camioneta negra se acerca a toda velocidad,  veo el arma y me preparo - ¡Están aquí! -abro fuego y logro dispararles a tres de ellos, pero con lo que no contaba era con las camionetas que se acerca del otro lado, uno de ellos logra darme en la pierna, logro resguardarme en el callejón, mientras los demás me alcanzan.

-¡Matteo ¿estas bien?! – Nino viene y se pone a mi lado – m****a tienes un disparo en la pierna.

- No te preocupes por mi – lo empujo – sigan a los malditos, se fueron calle abajo, le llamare a mi padre para avisarle – veo la duda en sus miradas, pero si perdemos esta oportunidad no sabremos quien es el traidor – confió en ustedes, atrápenlos – los hombres salen disparados calle abajo.

Me apoyo en la pared del callejón, m****a como duele un disparo no es la primera vez que me pasa pero no es algo que yo deseo repetir muy seguido,  estoy a punto de llamar a mi padre, cuando veo entrar a una mujer corriendo.

-¡Oye ten cuida... - la mujer choca con mi pecho y caemos al suelo, dejo escapar un gruñido de dolor merda, merda - ¡Demonios! ¿es que no ves por donde vas estupi... - me interrumpo cuando levanta su vista de golpe dio, jamás en mi vida había visto unos ojos tan bellos como los suyos, pero están tristes, tiene lagrimas cayendo por sus mejillas.

- Oh mio Dio, mi dispiace, per favore perdonami, non era mia intenzione– la mujer esta encima de mi, apoya sus manos al lado de mi cabeza para poder verme mejor – lo lamento, lo lamento de verdad;  no pensé que hubiera alguien en este lugar – la chica se levanta de mi pecho y siento que algo me falta, se apoya en sus rodillas y me extiende una mano – lo lamento, por favor déjame ayudarte en algo, en lo que sea solo... - se calla y abre sus ojos con sorpresa,  al ver que de mi pierna sale sangre - ¡dio, dio, estas herido! ¿te duele algo?... hay que ir al hospital.... No porque pensaran que yo te dispare... dio, dio que puedo hacer.

- Oye tranquila – la tranquilizo y la vuelvo a acercar a mí – vamos piccola respira – pongo mis manos en sus mejillas, veo como me obedece – eso es... vamos... eso esta mejor ¿te sientes mejor? – pregunto y paso mi pulgar por su mejilla y solo cuando ella aparta su rostro del mio me doy cuenta que dejo mi sangre en su mejilla – merda piccola, te he manchado de sangre – le digo.

- No hay problema, no es como si fuera la primera vez - ¿la primera vez? – no importa ¿hace cuando estas herido? – me pregunta.

- Hace como unos 10 minutos...

Ariadne 20 años

-No llevas mucho tiempo – observo la herida de su pierna, se que es una herida de bala, lo se por que lo he aprendió de los cursos que tomo a escondidas de los Vittielo – está bien déjame revisarte y darte primeros auxilios y después... bueno, no lo sé – mi cabeza está hecha un asco, no sé qué puedo hacer, nunca me imaginé que me chocaría con semejante hombre, esta vestido con pantalones cargo y camiseta negra, es todo músculos tonificados, el hombre irradia fuerza y poder, pero sus ojos... dio, no había visto unos ojos tan azules como los de él, sus ojos me recuerdan al cielo.

- ¿Sabes algo de primeros auxilios? - pregunta, asiento en confirmación y bajo la mirada al recordar las crueles palabras que me han dicho, un hombre como él debe de pensar lo mismo que los demás que soy fea y horrible.

- Puedo algo - susurro y levanto mi mirada nuevamente - si te parece bien, me gustaría ayudarte – le digo, busco en mi cartera la bufanda que llevaba puesta – te pondré esta bufanda alrededor de la pierna como un torniquete – levanto mis ojos a los suyos, pensé que tendría una mira de fastidio y me mandaría al carajo, pero... no, todo lo contrario me observa con gran interés y con mucha hambre, me quedo hipnotizada ante esa mirada, veo como su mira se torna suave y eso me saca de mi mundo, sacudo mi cabeza debo de estar viendo mal, nadie quiere ver mis ojos – voy a acercarme, no te muevas por favor.

Se ríe y pasa un mechón de cabello detrás de mi oreja - ¿Por qué me tratas como si te temiera? – bajo mi mirada avergonzada, no es que él me temiera, pero yo a él si – no pasa nada piccola haz lo tuyo.

Me muevo para levantar su pierna y poder hacer un torniquete, mientras aprieto el nudo, lo veo de reojo, tiene la mandíbula tensa y sus ojos no se mueven de mis manos, al terminar bajo su pierna con cuidado – listo, ahora – dudo por un momento - ¿adónde te llevo?

- ¿Tienes vehículo o algo? – niego, ese tipo de lujos yo no los poseo – entonces hazme un favor – dice – ayúdame a ponerme de pie y acercarnos a esa camioneta que está allí - me señala una de las dos camionetas que están al final del callejón. Le doy una mirada de desconfianza, que solo hace que él se ría – no te preocupes piccola, no te hare nada.

Me pongo de pie y ayudo al hombre, pero al dar el primer paso me detengo -¡ay! – al bajar mis ojos observo mi tobillo,  no me había dado cuenta que mi tobillo esta inflamado ¿Qué rayos? ¿Cuándo paso?

-Probablemente, te lo lastimaste cuando caímos – lo veo sorprendida ¿acaso lee metes? – No, no lo hago – me dice y se ríe – simplemente haces las preguntas en voz alta - mi sonrojo debe de ser tan intenso, que el hombre se termina de carcajear de mí.

- Anda, vamos apóyate en mí y yo me apoyare en ti – paso un brazo por su cintura y él uno en mis hombros, como puedo le ayudo a subir al lado del piloto – sube – me ordena.

- No, no puedo – le digo, pero solo me gano una mirada descontenta de su parte.

- Súbete al coche piccola, no me gusta repetir las cosas – trago fuerte, por que este enorme hombre es capaz de dominarme.

- Esta bien –  digo, camino despacio al otro lado, cuando me subo y me acomodo, él se acerca y yo retrocedo asustada - ¿Qué... - toma el cinturón de seguridad y lo coloca en su lugar.

- Solo iba a ponerte el cinturón –  dice y toma de nuevo mi rostro – no te lastimaría, confía en mí.

- Gra... gracias – tartamudeo, el hombre pone en marcha el carro, no creo que a mi familia le importé mucho a donde fui, cuando salí corriendo del restaurante antes de encontrarme con ese hombre, Carmela, Paolo y Ludovica me dijeron que teníamos que ir a una cena, al principio me extraño; porque a mi nunca me llevan a esos lugares, como no tenia que ponerme para la ocasión, tome un overol negro, lo acompañe con una camiseta blanca manga larga y las únicas zapatillas que poseía. 

Debo de parecer patética ante este dios que tengo a la par, soy una mujer delgada, mi piel pálida no ayuda mucho que digamos, como no he tenido una buena dieta mi cuerpo parece esquelético.

- ¿Adonde vamos? – pregunto después de un rato.

- Te voy a llevar con mi doctor para que pueda revisar tu pie – me quedo sorprendida, ni siquiera ha pensado en él.

- No - niego - como se le ocurre – ¿que cosas dice? – tiene que ir a que lo revisen, no puede dejar que la herida se contamine a demás tienen que sacarle la bala que aun lleva adentro – el auto se detiene de golpe y si no fuera por el cinturón de seguridad, estoy segura de que me hubiera llevado un buen golpe - ¿Qué...

Enfrente de nosotros hay 3 camionetas que nos prohíbe el paso, el hombre sujeta con fuerza el volante - ¿Quiénes son? – pregunto con miedo.

-Los que me dispararon – sin apartar su mirada de los hombres, pone el carro en reversa y saca el arma que tiene en la guantera – quiero que bajes la cabeza y no la subas por nada del mundo ¿entiendes?

- Si – el hombre aprieta el acelerador y sale disparado, bajo mi cabeza a tiempo de que el vidrio de mi puerta se haga añicos, cubro mi cabeza y mis oídos,  no quiero escuchar nada, el hombre intercambia disparos y escucho como los otros maldicen, el hombre me entrega su celular.

- Llama al número donde dice papá – con manos temblorosas, cojo el móvil y hago lo que me ordena, pongo la llamada en alta voz.

- Hijo... dio pensé que algo te había pasado – siento que he escuchado esa voz en algún lado, pero ¿donde?

- Estoy bien, me han disparado en la pierna – escucho al hombre maldecir – no te preocupes alguien me ayudo, es más la llevo al doctor se ha lastimado también.

- ¿Alguien?

- Si llevo cola 3 camionetas y 10 hombres – se escucha el disparo – estoy cerca – la llamada se corta, pero logramos escuchar al hombre gritar una orden. 

Poco después el hombre detiene la camioneta en una enorme casa, las puertas se abren y veo a un montón de hombres armados hasta la medula esperando por nosotros.

¿Quién es este hombre? por que siento que estoy metida en algo peligroso... Jesús ¿Dónde me metí? 

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