42. Atada a mí por un año
POV Dante Ferrari
Entre mi oficina fría y sin emoción me encontraba mirando la pantalla de mi ordenador. Desde que llegamos desde la casa de… ese hombre… no esperé sentirme así. Tenía una ola de frustración que, aunque odiara admitirlo, me había afectado.
En mi ordenador tenía la foto de él, Nickolas Windsor, uno de los arquitectos más reconocidos de Italia a pesar de venir desde Inglaterra. Carismático, amable, de esos que dan una cantidad absurda a proyectos benéficos no por renombre, sino porque le nace. Él parecía tener muchas cosas, y solo le bastó una sonrisa para que la calidez humana que me faltaba a mí afectara a mi hijo y a Louisa.
¿Por qué me afectaba tanto?
Tal vez porque no estaba acostumbrado a ser “amable” ni “cálido”. No entendía nada sobre las emociones pues me había encerrado en mi propio mundo recordándome cada día, cada hora, cada minuto, que las emociones solo sirven para hacernos débiles. Apretaba el puente de mi nariz con fuerza para intentar alejar toda esa