Cala se sorprendió de su propia negativa, estaba renunciando a su única oportunidad, miró a Antonio y este abrió la boca hasta el suelo, miró los ojos verdes de Cala, y supo al fin que la había perdido, no reconocía esa mirada, no era capaz de entender porque después de todo lo que él hacia, ella simplemente se estaba negando.
—¿Estás loca? —dijo él, observando ambos flancos.
—Antonio, quien robo mi libertad fuiste tú, no Blake —soltó ella sin ápice de temor.
—Pero qué dices, estoy aquí, vine por ti —infirió, su frente arrugada solo mostraba lo confundido que se encontraba en ese instante.
—Crees que no lo sé, tú me quitaste todo, y al final mi libertad, afuera no tengo nada, no hay nada que yo pueda esperar de ti o de esa perra —Cala pensó en su amiga al decir aquellas palabras.
—No es lo crees, yo… si es verdad, pero todo ha sido para protegerte —Antonio replicó enseguida, Cala lo había descubierto, sin decir mucho, sin ser tan explícita, sus palabras eran suficientes.
Cala sa