Jane creía que Liam era el hombre perfecto para su vida; era romántico y comprensible, a la medida. Era esa clase de hombre que cualquier mujer desearía para el matrimonio, hasta que una confesión lo cambió todo y él se cayó del pedestal en el que ella lo había sostenido. —Ya no te amo, me enamoré de otra, no quiero estar contigo, ahora la quiero a ella.
Leer másJANE POV'S
Escucho mi teléfono sonar; es una llamada de Liam, sonrío inconscientemente.
—¿Hola? ¿Cómo estás mi amor?— contesto emocionada, siempre me pone feliz escuchar su voz.
—Necesitamos hablar Jane, estoy camino a tu departamento— responde preocupándome por completo.
—¿Qué pasa? ¿Todo está bien Liam?— la llamada se queda en silencio por unos segundos.
—Hablamos cuando llegue— dice y sin más, cuelga.
Quito el teléfono de mi oído, y lo miro unos instantes ¿Qué pasa?, No logro comprender y eso me asusta.
Pasan minutos que se me hacen horas, muevo mis pies demostrando mi nerviosismo. Escucho el timbre sonar, y de tres pasos llego a la puerta, la abro y ahí está Liam recargado.
—¿Mi amor que pasa?— pregunto justo cuando este entra.
Él voltea a mirarme y noto culpa en su mirada.
—Lo siento— menciona y lo miro confusa.
—¿Qué? ¿Por qué pides disculpas mi amor?— pregunto y me acerco colocando mis manos en sus mejillas.
—Perdóname Jane, no quise decírtelo antes, pero ya no puedo más con la culpa— baja su mirada, pero en un segundo la sube y me mira a los ojos— Ya no te amo, me enamoré de otra, no quiero estar contigo, ahora la quiero a ella.
Me alejo en un movimiento rápido. Como si su piel me quemase, siento mi cuerpo temblar, miro a todos lados menos a él.
Mis labios tiemblas, y lágrimas caen de mis ojos, como cascada.
—¿Des-Desde cuando?— susurro sin creérmelo, no puede ser.
—Hace cinco meses— declara y se me escapa un sollozo.
Él intenta acercarse a mí; sin embargo, me alejo.
—No es cierto— niego— Estás bromeando Liam, ¡Estás bromeando!.
Él niega y lo veo a sus ojos, no lo hace.
Sollozo un poco alto y pongo mis manos en mis labios mientras niego.
—¿Cómo pudiste?.. ¿Engañarme todo este tiempo? ¿Quién es ella?— pregunto con miedo, pero decidida a saberlo.
—Jane, por favor, lo siento, perdóname, no quise esto, de verdad— niego.
—¿Quién es ella Liam?— vuelvo a preguntar y él baja la mirada.
—Es Cristal— siento mi cabeza dar vueltas.
Me sostengo del mueble a mi lado, intenta ayudarme, pero de un manotazo lo separo. Como pudo me adentro a mi recámara, con él siguiéndome los pasos, mientras dice mi nombre y lo siento una y mil veces.
Abro las puertas del closet, y saco todo lo que un día me regaló, se los tiro encima. Él intenta detenerme tomando mis manos, lo empujo y me volteo quedando frente a frente.
Tomo mi mano y quito el anillo, que hace seis meses me dio.
—Esto, te lo regreso al igual que todo lo que me diste, y más este anillo, el que me regalaste hace seis jodidos meses, prometiéndome el cielo y las estrellas, diciendo que era la única mujer en tu vida, este maldito anillo de compromiso, puedes regalárselo a ella— las lágrimas caen a montones, mi respiración está entrecortada.
—Por favor Jane, no me hagas esto— fórmula y lo miro incrédula.
—¿Qué no te haga esto, Liam?... ¡¿Qué no te haga esto?! ¿Y tú qué? ¿Si puedes hacérmelo a mí? - pregunto desesperada.
Estoy demasiado dolida y confundida, el hombre que más amo, en mi vida, viene a mi casa y me manifiesta que ya no me ama, que hace cinco meses empezó una relación con alguien más, mientras estaba conmigo y me prometía el cielo y el mar, y hace seis meses me dio un anillo de compromiso.
No es justo...
Me dejo llorar, grito, de la rabia y el coraje, y todo lo que está en el suelo lo pateo, me agacho e intento romperlo, aunque me hago daño, siento sus brazos rodeándome, y trato de apartarlo, pero ejerce fuerza. Me dejo ser, y lloro con él abrazándome desde la espalda con fuerzas.
—Perdóname, nunca quise dañarte— siento una lágrima en mi hombro— En verdad, no sé qué paso, no sé qué me paso.
Muerdo mis labios, y cierro los ojos con fuerza. Me relajo por mi propio bien. Él lo siente y poco a poco afloja su agarre.
Con las pocas fuerzas que tengo me levanto del suelo y lo encaro.
—No quiero, volverte a ver después de esto, quisiste echar a perder cinco años de noviazgo, está bien, lo voy a entender, aunque me niego a creerlo— digo con mi voz entrecortada.
—Por favor, no quiero quedar mal contigo— dice, y mi corazón se rompe aún más ¿Pretende que quedemos como amigos?.
—Está bien, eso no pasará, te voy a superar— esto último lo susurro, pero él lo escucha.
—Lo lamento— musita y se da la vuelta para irse por donde entró.
—Tus lamentaciones no me sirven de nada— musito para mí misma, lejos a qué él pueda escucharme o entender siquiera un poco.
Cierro la puerta, y me dejo caer lentamente por esta, al igual que mis lágrimas, grito de frustración, golpeo mis piernas, y llantos desgarradores salen desde lo más profundo de mi ser.
Siento ese dolor en mi pecho, como si algo quemará ahí dentro, no lo soporto.
Él me prometió estar junto a mí, ni siquiera me explicó que estaba dudando de lo nuestro, podíamos arreglarlo, no lo hizo, y eso es lo que más me duele, me abandono sin más...
Me miro al espejo sonriente.—¿Lista, cariño?— pregunta papá mientras entre a la habitación.—Sí, ya podemos irnos— me brinda su brazo, el cual acepto.—No quiero creer que mi bebé ya está creciendo— menciona y solo inclino mi cabeza a un lado mirándolo con diversión y ternura.—Papá, hace mucho tiempo dejé de ser una niña— menciono.—Pero para mí siempre serás mi bebé— besa mi frente y salimos de casa hasta llegar al auto, subo detrás y él conmigo.El chófer emprende en camino a la iglesia y estoy más nerviosa que nunca, papá lo nota y acaricia mis nudillos.—Tranquila, cariño, eres la novia más hermosa que he visto, todo saldrá bien.—¿Qué hay de mamá?— menciono divertida, intentando liberarme un poco de los nervios.—No se lo digas, pero eres tú la más bonita, pero no le digas— asentí y él me abraza.Cuando el auto se detiene frente a la iglesia desde dentro puedo ver cómo algunas personas se encuentran fuera, y al ver el auto van entrando a la iglesia.A excepción de Julia, y su p
La puerta de mi oficina es tocada con suavidad, lo que me hace alzar la vista del computador.—Pase— ordeno, dándole paso a Helena, mi secretaria.—Buenas tardes, señora— dejo las hojas en mi escritorio para mirarla con reproche— Disculpe.No me gusta el término señora, me hacen sentir como si fuese ya una anciana.—Quería preguntarle si yo podría salir un poco más temprano hoy, ya tengo todos mis trabajos listos, pero si me llegará a necesitar, podría llamarme.—Está bien Helena, ¿Alguna emergencia?— por alguna razón se ruboriza bajando la mirada, para luego negar.—No… no, es que Nathan me ha invitado a salir esta tarde— suspiro ante sus palabras y solo asentí.—Está bien Helena, puedes irte desde ahora.—Muchas gracias— sale con una sonrisa y solo niego.Tendré que hablar con él, desde el principio le dije que no la distraiga en el trabajo, que para eso están sus días y horas libres, pero hace lo que se le da la gana y ella enamorada lo sigue.Últimamente, me he sentido más cansada
Aplaudo emocionada al ver lo hermoso que ha quedado, el lugar donde se llevará a cabo el anuncio del compromiso.Mi hermana se encuentra a mi lado, apoyándome.—Es perfecto, me encanta.Ella sostiene mis manos compartiendo mis sentimientos.—Me encanta verte feliz Adrianna, desde lo que pasó aquella vez no creí que con quién estarías así sea Liam.—Fue un malentendido, algo que quedó en el pasado y ya no nos afecta— le hago saber.—Lo sé linda, aun así, cualquiera que sea tu decisión sabes que te apoyaré.—Gracias, te quiero mucho.—Es mejor que te vayas a cambiar, lo más seguro es que los invitados no tarden en llegar.—Tienes razón.Me despido y subo a mi auto con dirección a casa.Menos de veinte minutos después, llegó y la ante sala me encuentro con mi prometido.—Qué guapo estás— susurro abrazándolo.Con un brazo me rodea, pues está en un una llamada telefónica.Me alzó un poco y dejo un pico en sus labios.Subo las escaleras hasta la habitación principal, y me meto al baño recog
—¿Qué te parece?— cuestiona y le sonrió enamorada de lo que veo.—Es perfecta…Sus brazos me rodean acariciando mi abultado vientre. Estoy tan feliz de lo que tengo y he logrado.Me giro para besar sus labios en un suave beso.—Te amo— susurro.—Yo más, gracias por todo lo que me has dado.Lo miro por unos segundos apreciando cada uno de sus gestos.—De todas las casas mostradas está, fue mi favorita ¿Cuándo empezaremos a amueblarla?—Lo antes posible, será como tú decidas.—Bien, yo me encargaré entonces, verás que quedará hermoso— menciono emocionada.—Ven, quiero que me acompañes a un lugar.—¿Dónde?— cuestiono con curiosidad.—Solo vamos linda.Toma de mi mano, y bajamos las escaleras de la casa, en la parte de abajo se encuentra la actual dueña de esta.—¿Qué les pareció?—La compraremos, más tarde nos comunicaremos, para concluir lo demás.—Me alegro mucho— sostiene la tarjeta de presentación que le tiende Liam.—Estaremos llamando desde aquí, muchas gracias.—Gracias a ustedes,
JANE POV'SMi felicidad no puede ser más grande.Voy a ser mamá.Todavía lo pienso y no me lo creo, voy a tener un niño o una niña al cual podré cuidar, amar y proteger.La noticia de alguna manera se hizo pública con rapidez, amistades, trabajadores de la empresa, familia y seguidores ya lo saben.Julia pidió unos meses libre en su trabajo, según ella, para estar conmigo en mi embarazo.Llevo tres meses ya y ha sido hermoso, aunque no tanto para Liam. Él es quien sufrió todos los síntomas.Recuerdo estábamos saliendo del hospital, acabábamos de salir del ultrasonido en el cual escuchamos su corazoncito por primera vez.Había llorado todo el rato, yo también, pero no como él lo hizo la verdad, íbamos en el auto cuando se paró en una esquina de la calle, lo que se me hizo raro, estuve a punto de preguntar el porqué, pero verlo buscar una bolsa plástica con rapidez en la guantera de su auto, para luego vomitar hasta la bilis me dio su respuesta.—¿Estás bien?— pregunté un poco preocupad
Mis ojos se abren de golpe, y de la misma forma se vuelven a cerrar por la excesiva claridad que hay en el lugar donde me encuentro, cuando logro acostumbrarme a la claridad, y mi vista ya no está borrosa, miro mi alrededor, es una habitación de hospital, en mis muñecas y dedo índice yacen algunos aparatos que me resultan incómodos. Mi boca se encuentra seco, y ni mencionar la falta de fuerza.Cuando estaba a punto de presionar el botón que está al lado de la camilla, la puerta se abro dándome vista a Liam, quien al verme despierta se acerca de manera rápida.—Amor ¿Cómo estás? ¿Te sientes bien?Me llena de preguntas sin dar espacio a nada.—Cálmate, estoy bien, solo tengo un poco de sed.—Espera— se gira agachándose al frente de una pequeña nevera, la cual ni siquiera me fije que estaba ahí.Vuelve a darme la cara ahora con un vaso de agua, me lo tomo con calma, y cuando me siento mejor se lo regreso.—¿Cómo llegué hasta aquí?—¿No recuerdas nada?— me responde con otra pregunta, y ha
Último capítulo