Tras la desaparición y repentina muerte de su hermana gemela, Natalie pierde lo que tanto ha brindado al mundo; la humanidad. Con el deseo latente de encontrar al culpable y hacerle pagar el cruel asesinato de su alma gemela, inicia su propia investigación hasta dar con su paradero. Sin embargo, una mujer que no tiene las capacidades para enfrentar al asesino de su hermana, no es rival para un ser tan despiadado y sin corazón como Royce Ford; uno de las más poderosos traficantes de la ciudad. Es por ello, que acude a quebrar los puntos más débiles de él, tomando como aliado a su hermano menor; Wesley.
Leer másADVERTENCIA: EN LA SIGUIENTE HISTORIA ENCONTRARÁS VIOLENCIA, VENGANZA, ASESINATOS, TEMAS RELACIONADOS SOBRE EL BAJO MUNDO, CONTIENE LENGUAJE EXPLÍCITO. ACÁ NADA SERÁ COLOR DE ROSA. SI ERES SENSIBLE AL TIPO DE TRAMA FUERTE, ES PREFERIBLE QUE ABANDONES LA LECTURA. TODO CON EL FIN DE EVITAR UN MAL MOMENTO ENTRE AMBAS PARTES.
YA HABIENDO ACLARADO, LES DESEO UNA LECTURA APOTEÓSICA. GRACIAS POR ESTAR NUEVAMENTE LEYENDO UN PEDACITO DE MÍ. ¡LOS QUIERO MUCHO!
***
La vida puede considerarse color de rosa; cuando cada paso que se por los caminos, la felicidad, los buenos momentos y la buena suerte de una persona, llega para darle a ese largo y oscuro sendero la infinita luz de una realidad escondida. También puede considerarse cruel; cuando un camino lleno de espinas, malas experiencias e injusticias es lo único que se recibe a cambio; sin importar los buenos actos que se han cometido a lo largo de los años.
La justicia está ahí; buscando enjuiciar duramente a aquellas personas más malvadas que existen sobre el planeta tierra. Pero, ¿de qué sirve, si un par de pesos la compra? Todo es relativo; incluso sin importar el sufrimiento de una familia o de las mismas víctimas, estos seres inhumanos se lavan las manos con su sucio dinero, como si se tratara de agua con jabón y toda la mugre cae de ellas.
Así funciona; entre más poder, menos posibilidades tiene una persona del común tener la justicia que por derecho le corresponde. Y así funciona todo en la clase social que me rodea.
En el medio de la sala de espera, el médico forense me permite la entrada a la habitación, luego de haberle rogado que me lo permitiera. Lo último que me imaginé en el día de mi cumpleaños era venir a reconocer el cuerpo de mi hermana gemela, luego de llevar más de tres meses desaparecida.
—Solo puede estar un minuto adentro, antes de que lleven el cuerpo de su hermana a realizarle todas las pruebas pertinentes. Recuerde no tocarlo.
—Gracias, doctor — es lo que le respondo antes de entrar y enfrentarme a la peor escena de mi vida.
El doctor me guio al interior de la pequeña habitación y se acercó a la cama metálica donde un cuerpo reposaba con una cubierta blanca rodeándola.
—Su hermana murió, aproximadamente, hace unos siete días. Aun no es seguro el tiempo, pero en el estado en el que se encuentra es lo que pude dictaminar — deslizó la cremallera poco a poco hasta abrirla por completa—. Un minuto, recuerde.
La reconocí instantáneamente al ver aquel tatuaje de colibrí que las dos nos hicimos en nuestros cumpleaños número dieciocho, muy cerca de la clavícula. Ella es mi hermana, estoy más que segura. Su cabello se encontraba de un color rojizo, opacando ese negro brillante y oscuro que ambas compartimos. Sus ojos cerrados y su boca en una línea recta y sin color alguno. Las tajaduras en su rostro más aquellos puntos de saturación, destrozó mi corazón en cientos de pedazos. En su pecho había una línea recta que bajaba hasta su vientre, la cual el cuero tiraba uniéndose de un extremo al otro. Escenarios escalofriantes cruzaron por mi mente, uno peor que el anterior. El frío de su cuerpo me abrazaba en su sufrimiento.
Quise tocarla, convencerme a mí misma que no era ella quien se encontraba frente mí; en silencio y tan calmada, cuando ella era un huracán de mujer. Los recuerdos de nuestra niñez me asaltaron y no me permitieron respirar adecuadamente. Solo éramos ella y yo; juntas en los mejores y en los peores momentos de nuestras vidas.
¿Quién pudo haberle hecho esto? ¿Por qué asesinar tan despiadadamente a mi hermana? ¿Por qué? Era lo que me preguntaba, llena de impotencia por no haberla cuidado cuando ella más me necesitaba.
Las lágrimas brotaron de mis ojos sin control, al tiempo que sentía que la tierra debajo de mis pies me tragaba. Fue entonces cuando caí entre los brazos del doctor, quien no permitió que el suelo me recibiera de lleno.
—¿Se encuentra bien?
—¿Por qué ella? ¿Por qué le hicieron eso? — me aferré del cuello de su bata y lloré en su pecho desconsoladamente—. Nadie merece morir de esa manera tan atroz...
—Es mejor que salgamos, señorita.
—Prometo que el culpable pagará por lo que te hizo, Abi — le juré, derramando lagrimas con una fuerte opresión en el pecho que me hacía imposible respirar—. Te lo prometo, hermanita.
El doctor me sacó de la habitación, me llevó hasta una oficina y me sentó en un sillón. Me dejé llevar por el hombre, mientras pensaba el porqué de esta situación tan horrorosa. Por qué nos pasaba esto a nosotras, si en ningún momento de nuestras vidas le hemos hecho daño a alguien.
—¿Por qué tuvieron que arrebatármela de esta manera? Ella era lo único que tenía...
—Tranquila — el doctor me entregó un vaso y lo tomé por inercia—. No debí permitirle la entrada a la morgue.
—Espero no haberlo metido en problemas, doctor — lo miré a los ojos y traté de sonreír, pero fue imposible, esos escalofríos de perdida y soledad me tenían presa.
—Quédese aquí hasta que la impresión haya pasado, ¿sí? — apoyó la mano en mi hombro y lo apretó suavemente—. Tiene que ser fuerte, por ella y para hacer de su promesa una realidad. Ahora bien, dentro de un par de horas el detective que tomó el caso de su hermana, vendrá a hacerle varias preguntas. Si quiere descanse un poco aquí mientras llega.
—Muchas gracias — lo vi salir de la oficina y me permití romperme en mil pedazos una vez quedé sola.
NatalieQuisiera decir que me arrepiento, que siento dolor o culpa por haberme dejado corromper por la venganza, el odio y el rencor, pero, cuando un ser tan despreciable como ese hombre hace tanto daño al mundo sin importar qué, no existe arrepentimiento alguno de mis actos. Todo lo contrario, en el alma se siente un fresco y un alivio incomparable, muy difícil de explicar con palabras. Mi mente y mi corazón ahora sí están a paz y a salvo de ese tipo que parecía ser una sombra de mi infelicidad y mi desdicha.Mi hermana y cientos de mujeres, a pesar del sufrimiento que vivieron en sus manos, ahora han encontrado una luz y una guia para estar en tranquilidad. Y, aunque haberlo matado no devolverá a la vida a esas mujeres, ninguna otra volverá a caer en esa red tan infernal.En el ahora me siento en paz tanto con mi hermana como conmigo misma. Me da alegría haber cumplido a mi promesa y conseguir justicia por su muerte, porque de ser por las autoridades, aún estuviera rogando en un tri
Tami—Todavía está vivo — aseguró Tomás, quitándose los guantes de sus manos.—Que aguante el de este hijo de perra. Estoy por creer que tiene pacto con el diablo — comenté.—¿Qué vamos a hacerle? Por mi parte, no pienso ensuciar mis manos con la mierda. Déjalo morir, o bien podría encargarme con mi bebé de él — Tao se encogió de hombros, acariciando suavemente la ametralladora que se encuentra colgada en su hombro.—Dale uno de esos remedios mágicos para despertarlo, Tomi.Tomás me miró como si me hubieran salido tres cabezas.—No son remedios, y no está dormido. De hecho, está bastante despierto, pero la perdida de sangre y el maltrato en el culo lo tiene así de ido.—Bueno, entonces métele potencia para que reciba mis cariños a lo grande — sonreí ladeado, golpeando sus mejillas con fuerza—. Quiero que sienta muy a gusto lo que mis bellas manos son capaces de hacer.—Abigail... — murmuró entre quejidos, tratando de llevar sus manos al trasero—. Maldita perra, me la vas a pagar.—Te
Advertencia: Contenido sensible....La humanidad se pierde en el momento en el que dejas de sentir empatía por el otro y empiezas a desearle el mal. El odio, el rencor y las ganas de querer hacer sentir lo que el otro nos hizo, son deseos que corroen el alma poco a poco hasta destruirla por completo. He sido enemigo de mí mismo durante muchos años a causa de este pensamiento y sentimiento de hacer pagar con la misma moneda a Royce. No quiero que Natalie se vea afectada de esa manera, no cuando tiene que ser fuerte para la llegada de nuestro hijo.Si bien le aseguré su participación, más no contaba con la llegada de un ángel que me hizo cuestionar cada uno de los pasos que he dado hasta ahora. Soy el hombre menos indicado para decirle cómo no debe ser su vida, si en la mía hecho cosas de las que hasta el día de hoy me arrepiento; entre ellas, no tener el valor suficiente de enfrentar un camino lejos de la maldad de Royce. En lugar de irme y vivir mi vida, me quedé a verlo destruir el
Wesley—¿Qué te sorprende? Si sabes de sobra que la gatita es igual de estúpida que su hermana — soltó una carcajada.—Cállate, pedazo de mierda.Lo golpee en el estómago, dejándolo al instante sin aire. No soporto más tener que escucharlo o verlo, se ha vuelto un fastidio tener que convivir por tanto tiempo con su presencia a cada paso que doy. Es una maldita sombra que no me permite respirar con tranquilidad. Y lo que más rabia me da, es que sea tan hijo de puta de seguir siendo un embaucador de primera calaña. Pero qué más se puede pedir, si él no desaprovecha oportunidad para salir siempre victorioso de las situaciones.Llevé sus brazos arriba de su cabeza, aprisionando sus muñecas con las cadenas mientras Tami amarraba cada uno de sus pies con las cuerdas que están sujetas del suelo.—Esta vez te falló tu poder convencimiento, hermanito — susurré en su oído, tensionando las sogas para dejarlo en forma de X—. Te confiaste demasiado en ti mismo.—No deberías cantar victoria tan pro
Veinte minutos después, los motores de las camionetas resonaron a la distancia, dándonos aviso que ya estaban muy cerca para llegar a nosotros. De inmediato nos preparamos para recibirlo, aunque no sabíamos a ciencia cierta de qué forma iba a llegar.La primera camioneta se detuvo a una distancia prudente, más no salió nadie de ella. La siguiente se detuvo detrás de esta, y la puerta de los pasajeros se abrió, dejando ver a ese maldito bastardo con una expresión tan neutra y fría que a cualquiera congelaría en su lugar.No dijo ni una palabra incluso cuando ya se encontraba frente a nosotros. Estaba solo, desarmado, pero no deja de ser extraño que esté tan pacífico y sin atacarnos.—Vámonos y prometo dejar a tu querido con vida — propuso, refiriéndose a Wesley—. Bueno, prometo dejar a todos estos imbéciles con vida si vienes conmigo.—No voy a ir contigo a ningún lado.—No te lo estoy preguntando, cariño. Es que no tienes opción de elegir.—No sé quién estaba más corrido de la cabeza,
Tan pronto entramos a la bodega donde Royce ha estado todo este tiempo, él levantó la cabeza y nos sonrió. Su sonrisa se vio tan maquiavélica y sin temor alguno, que dudé por un segundo que vaya a sentir dolor o arrepentimiento por lo que ha hecho a lo largo de su vida.—Pero miren nada más quiénes han venido a verme. Las únicas dos personas en este mundo que amo con toda mi alma y que han decidido jugar a mis espaldas. ¿Por qué me haces esto, mi amor? — me miró fijamente, más no logré descifrar si estaba herido, enojado o solo se burlaba de mí—. Te lo he dado todo, no sé qué más quieres de mí.—Que te pudras en el infierno, maldito bastardo — rechiné los dientes, dando pasos lentos hacía él—. Nunca había conocido alguien tan enfermo y loco como tú. ¿En realidad te creas esos mundos en tu cabeza o solo te haces la santa paloma?—Abi, mi amor, ¿a qué estamos jugando?—¡No soy Abigail! — exploté, tomándolo del cabello y obligándolo a mirarme a los ojos—. Mi nombre es Natalie, que te que
Último capítulo