capitulo 52

La ciudad de Santa Oria yacía en silencio. Las calles, normalmente bulliciosas y llenas de vida, ahora estaban vacías, desmoronadas por la destrucción. Los edificios, alguna vez orgullosos y bien cuidados, mostraban cicatrices profundas, ventanas rotas y paredes llenas de grietas, como si todo estuviera a punto de colapsar. La niebla, que ya no era tan espesa, aún se arrastraba por el suelo, como un recordatorio de la oscuridad que había cubierto a la ciudad. El aire estaba impregnado con el olor a muerte y descomposición, un olor que se filtraba en los pulmones, empujando el miedo hacia el centro de cada ser humano que aún se atreviera a caminar por allí.

El sonido de pasos furtivos rompió el silencio, pero no era el de una criatura. Un joven de unos 23 años, con el rostro sucio y marcado por las cicatrices de la lucha, avanzaba cautelosamente entre los escombros. Su ropa estaba rasgada, sus zapatos gastados, pero sus ojos, aunque llenos de cansancio, reflejaban una feroz determinaci
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP