Conduje a Marcus a la casa de sus suegros, donde se acostó junto a su amada y volvió a dormirse, agotado.
—¡Muchas gracias, chicos, por salvar a nuestra hija! —agradecieron emocionados Aha y Teka, con los ojos llenos de lágrimas mientras nos abrazaban a Amet y a mí. —Fue una suerte que la mitad de Neiti sea sobrenatural —dijo Amet mientras avanzábamos—, porque libró al bebé del Preta. —Sí, pero parece que él lo desconoce —contesté con un suspiro—. ¿Cómo es eso posible? Existen muchos seres sobrenaturales entre los simples mortales que no llegan a desarrollarse por estar fuera de este mundo. Ese parece ser el caso de Marcus. Teka y Aha estaban realmente asustados. —Neiti estuvo a punto no solo de perder a su bebé, sino también de morir ella. Si el Preta hubiera entrado dentro del bebé, lo habría convertido en un demonio que habría consumido a su madre —dijo Amet, visiblemente cansado. La cueva principal estaba iluminada con