He llevado dos días muy preocupado, sintiendo esa extraña sensación que me vuelve loco desde que tengo uso de razón. Hoy decidí ir a la clínica en busca de mi suegro. Él y mi suegra son grandes doctores de seres sobrenaturales. Quiero que me revise porque sospecho que padezco alguna enfermedad rara. Al verme, se me acercó alegremente.
—Hola, hijo, me alegro de verte —me saluda, como de costumbre—. ¿Qué te trae por aquí? ¿Neiti está bien?—Hola, mi suegro, todo está bien con mi Neiti y el bebé —respondí enseguida y luego, bajando la voz, agregué—. Pero me gustaría que me revises a mí. No me estoy sintiendo bien.—Pasa, hijo, ven, dime qué es lo que sientes —dice de inmediato, pasando un brazo por mis hombros.Me adentro en la clínica junto a él hasta llegar a su con