95. PROVOCANDO A MI BETA
NARRADORA
El corazón de Cassidy comenzó a acelerarse.
—Ambos ya somos adultos, Cassidy, eso pasó hace mucho tiempo —la voz ronca de Harris cosquilleaba en sus oídos.
—Si no me acerqué a ti cuando nos vimos y las veces que fui al bar, fue porque pensé que era lo que deseabas…
—No… —ella negó enseguida —. Pero, no sabía cómo hablarte… disculparme… yo pensé que me odiabas…
—No te odio —le dijo sin titubear, y algo destelló en las profundidades de su mirada—. Yo jamás podría odiarte.
Sus pupilas se estaban tornando lobunas, su parte animal asomando en la superficie.
—Creí que habías encontrado a tu mate —agregó ella.
—No lo he hecho y no me interesa hacerlo… ¿Y tú? —Harris evaluó cada una de sus reacciones.
El temblor de esos deliciosos labios que moría por besar, el sonrojo en las mejillas magulladas, sus ojos sinceros.
No la había olvidado ni un maldito segundo de su vida.
—No me interesan los mates, ni cuentos de hadas; esa época donde fui una tonta… ya pasó. Aprendí a las malas que pe