NARRADORA

Harris se abalanzó sobre el enemigo, transformándose en apenas segundos.

Sus dientes fieros se hundieron en el cuello del oponente y no lo soltó hasta escuchar el crujir de las vértebras.

Lo lanzó a un lado con asco y el enorme lobo Beta se acercó, lleno de angustia, a la mujer que sangraba en el suelo.

Las garras se habían hundido con saña en el rostro de Cassidy, haciéndola llorar lágrimas de dolor y dejando una profunda huella.

—No, no… —gimió, queriéndose tapar con las manos que goteaban en carmín, intentando sentarse.

Pero un esponjoso hocico la empujó con suavidad y, entre sus dedos temblorosos, se coló una lengua a lamerle la horrible herida.

Los hombros de Cassidy se sacudieron con más fuerzas al sentir las caricias húmedas, con cuidado, y el gruñido bajo, reconfortante.

—Me debo ver… deformada… —una sonrisa triste apareció en sus labios, que le dolieron al tirar de la mejilla abierta.

Sus ojos llorosos dieron de frente con unos amarillos intensos que la miraron dire