80. LA VERDADERA LUNA
NARRADORA
— Por el poder que me ha concedido la manada y pidiendo la bendición de la Diosa…
El llamado Sacerdote Lunar comenzó a oficializar y este matrimonio parecía imparable.
Los ojitos de Riley brillaban a medida que avanzaba la ceremonia, hasta que llegaron al punto final.
— Beba del cuenco con la mezcla de sangre del Alfa … —el anciano la mandó a beber de un hermoso cáliz preparado.
Su disgusto por ella era muy difícil de disimular, pero a Riley eso le daba lo mismo.
Tomó de la copa dorada y le dio un buen sorbo sin problemas.
— Qué extraño… generalmente a las hembras preñadas esta pócima les da asco —Riley apretó los dedos sobre el metal al escuchar las palabras sospechosas del hombre.
— Es… es que siempre he tenido muy buena boca, además… sí que me siento mal, pero no quiero preocupar a mi Alfa… —le hizo ojitos a River, que ya estaba impaciente por terminar y que los invitados se marcharan.
— Bien —el sacerdote alzó una ceja, bufando.
—. Entonces, le toca al Alfa tomar de la s