CAPÍTULO 99 — Cena romántica entre esposos
Fatima ya estaba recogiendo sus cosas cuando Isabella salió de su oficina.
— Disfruta tu cena —le deseó su amiga con una sonrisa cómplice—. Y por favor, trata de no pensar en esa mujer… al menos por hoy.
— Créeme, quiero un descanso mental —respondió Isabella, devolviendo la sonrisa—. Dale saludos a tu madre. Buenas noches.
— Buenas noches, Isa.
Isabella caminó por el pasillo saludando a quienes aún quedaban trabajando. Su porte elegante, usual en ella, hoy tenía un aire distinto: una mezcla de expectativa y alivio. Apenas cruzó la puerta principal del edificio, lo vio.
Gabriel estaba ahí, apoyado con naturalidad en la parte lateral de su coche, vestido con un impecable traje azul marino que hacía resaltar su porte sofisticado. La sonrisa con la que la recibió provocó que Isabella olvidara todas sus preocupaciones.
— Tengo la esposa más bella del mundo —dijo él mientras se acercaba—. ¿Cómo estuvo tu día?
— Mejor ahora que estás aquí —respondi