CAPÍTULO 100 — El vestido del sí
Isabella revisaba unos documentos cuando miró su teléfono para ver si tenía noticias de sus amigas. Como no vio ningún mensaje de ellas escribió en el grupo con sus amigas:
[Las estoy esperando, en cuanto llegan]
Isabella sonrió. Era un día especial, uno que todas habían estado aguardando con entusiasmo: la segunda prueba de vestido de novia de Camila. Esta vez sin contratiempos, sin la tensión de la primera ocasión, sin la presencia incómoda de su madre. Y ahora, además, con la compañía de Valeria, que estaba tan emocionada como si fuera la boda de ella.
Isabella escribió rápido:
[Hoy es la prueba de vestido de mi novia consentida. ¡Apúrense!]
Camila respondió casi de inmediato:
[Llegaremos como en diez minutos. Esperanos con algo de comer, tenemos hambre]
Isabella soltó una carcajada silenciosa. Ese “algo de comer” traducido al lenguaje de Camila significaba: “Queremos un banquete.” Y ella no tenía problema en consentirla.
Se levantó de su escritorio