La cabeza me daba vueltas y mi respiración se había descontrolado. Liberé mi brazo y retrocedí para alejarme, pero nuevamente logró detenerme.
-Suélteme
- Ariana...
- ¿Cuál es tu excusa?
-Ariana... -le clavé la mirada, con rabia contenida.
- No te atrevas a decir mi nombre de nuevo. Podría golpearte aquí mismo- Sus ojos se clavaron en los míos, cortándome la respiración.
- Hazlo.
- Ni siquiera puedes darme una excusa.
- Golpéame- lo miré a los ojos, llena de impotencia y furia contenida. Quería golpearlo con todas mis fuerzas pero no podía. Las lágrimas se agolparon en mis ojos, cargadas de ira.
- Yo confié en ti...te fuiste sin decir nada, pensé... pensé que Alessandra moriría y tú no respondiste una sola llamada- las lágrimas me traicionaron- ¡yo confié en ti!- intentó acercarse pero retrocedí bruscamente y aparté mis lágrimas mientras clavaba la mirada en el suelo. Mi voz se quebró- Ahora no eres más que un extraño para mí. No vales la pena...- corrí desesperada hasta el departam