Mundo ficciónIniciar sesiónFue mi turno de eliminar los últimos centímetros que nos separaban.
Lo besé.
Su boca se abrió sobre la mía. La caricia se volvió un reclamo. El roce fue una chispa directa al estómago. Él tomó mi cintura acercándome a la dureza de su pecho, me levantó colocando una mano firme en mi trasero, mis piernas se enredaron en su cadera.
Caminó guiado por la urgencia, a través del pasillo. Al llegar a la habitación, depositó mi cuerpo en el colchón, sin soltarme del todo, sus labios causando estragos en mi cordura.
El hambre de sentirlo era tan natural como mi respiración. Le quité la camisa de un tirón, haciendo saltar dos botones. Él sonrió apenas, y la dejó caer. Los músculos se movieron bajo mis dedos, duros, definidos. Se detuvo pa







