¿Cómo te preparas para el dolor? ¿Cómo soportas esa extraña sensación de pérdida? Luego de la muerte de su madre, la vida de Brittany Braun tomó un camino lleno de tristeza y de dolor. Para ella fue más fácil rebelarse contra el mundo y su familia, que reconocer la actitud pesimista y rebelde que en ella se había destapado, luego de los incontables desplantes de su padre. Cansado de su actitud y su desobediencia, su padre decide llevarla a un internado británico, en el cual espera que ella adquiera costumbres más refinadas, pero por cosas del destino, se ve sumergida en un mar de secretos ocultos por su familia, la cual ha mantenido lejos de ella una verdad que podría cambiarle para siempre la vida. La verdad pondrá a prueba su capacidad de perdonar y olvidar; y mucho más después de sentirse flechada por un hombre capaz de llevarla al cielo y de vuelta a la tierra con un chasquido. ¿Qué pasaría si esos sentimientos son destruidos por la misma persona que te los causó? ¿Creen que Brittany será capaz de dejarse amar por aquel hombre prohibido?
Leer másNo todos tienen el privilegio de crecer en una familia amorosa, algunos crecen en las calles siendo criminales, otros, crecen desarrollando rasgos paternales o maternales, incluso caracteres parecidos o distintos. Yo, me he dado cuenta de la realidad del mundo. Un mundo oscuro salvaje y egoísta, en el cual los débiles son devorados y los fuertes sus amos.
Vivir creyendo que el mundo es un lugar perfecto con historias literarias llenas de romance, es un grave error. Nada de éste mundo se asemeja a los cuentos de hadas que a muchos de nosotros nos leyeron durante nuestra infancia. Todo lo contrario, es un mundo hecho para personas fuertes, valientes y sobrevivientes, yo no soy así, no soy de mármol, pero tampoco de piedra, no lloro por todo, pero igual lloro.
Personas como yo, perdemos la fe con facilidad. No está en mis planes adaptarme al cambio porque lo odio. No es común que una joven de diecisiete años oculte tantas heridas en el corazón, cualquier chica a esta edad estaría viviendo un amor extraordinario o tramando interminables planes para su futuro, pero yo, yo sólo vivía el día a día sin esperanzas de algo mejor.
Las pesadillas que rondaban mi cabeza cada noche, no fueron comparación con aquella treta horrible que el destino me había dado como regalo este año.
Quizás sólo se trataba de hacerse fuerte, quizás solo se trataba de aparentar estar viva, pero yo no me sentía fuerte, es más, no estaba segura de querer estar viva.
A partir de aquí era yo contra el mundo, cargando un corazón lleno de emociones y dividido entre dos dudas. Olvidar y pretender que todo fue una fantasía, o alejarme de todo lo que conocía.
No estaba segura de nada en ese momento, lo único seguro en mi vida es que nada fue lo que parecía.
―¿Por qué no puedo ser feliz? ―pregunto entre sollozos― ¿Por qué? ¿Por qué me siento tan sola? Luego de unos segundos más, se separa solo un poco tomándome de los hombros ayudando a levantarme, sin embargo no logro divisar nada alrededor. Las lágrimas siguen cayendo como cascada, y el fuerte viendo que se cala a mis huesos envía un escalofrió sobre mi piel haciéndome tambalear. El ardor en mi cabeza acrece y apenas consigo abrir mis parpados. No quiero aferrarme a la luz tenue que se desprende del faro, sólo quiero rendirme al ardor en mi cuerpo y dejar de luchar; y a continuación: Escucho ligeramente el murmullo de esa voz tan atractiva y dulce, antes de desvanecerme. El aroma que se cuela a mis fosas nasales es tan perturbador que estoy pensando seriamente en cubrir mi rostro con las manos. Observo a mí alrededor lo que parece ser un cementerio. Me mantengo divisando las diferentes lapidas a mi alrededor, sin embargo otra escena se lleva toda mi atención. La cantidad de gente vest
Para él no es más que un juego de superioridad. ―No te creo. ―Me importa una m****a si no me crees, no es tu asunto ―lo escucho soltar una carcajada, antes de tomarme por sorpresa enganchando uno de sus brazos a mi cintura, mientras que el otro acerca mi rostro al suyo. ―Cuida como me hablas ―susurra sobre mis labios―. Eres muy bonita y esa jodida boca tuya te hace aún más deseable, más apetecible. ¡Todo en mi cabeza grita peligro! Sus manos me sujetan con fuerza ocasionando cierto temblor sobre mi cuerpo que se retuerce contra él. No es una sensación agradable y cálida como la que experimento con Campbell, más bien es una sensación de hostilidad y perversión. Sus ojos oscuros bajan a mis labios que permanecen entre abiertos buscando el aire que comienza a faltar. ¡No un ataque de pánico! Necesito apartarlo, su olor es asqueroso y no me permite respirar ¡Esto no me gusta nada! ―Me gustas, y te pregunto porque me preocupo por ti ―expresa en tono seductor, uno que para nada es apet
Todavía nos quedan meses antes de graduarnos no entiendo por qué se tortura tanto. ―Entonces lo quieres hacer sonar fresco, pero cero irrespetuoso. Azenet permanece sentada sobre la cama de Alice, quien se mueve dramática frente a nosotras. ―Sí, definitivamente la prudencia no es lo mío y lo saben, de cualquier manera espero solucionarlo de aquí a la graduación― al fin se tranquilizó un poco. Ha pasado toda la tarde quejándose, sé que está contenta por la misión tan importante que le han encargado, pero sus nervios son más que evidentes. ―Entonces no te agobies, tienes tiempo de sobra, seguro lo harás bien ―la tranquilizo. Ella resopla dándose por vencida y se sienta a los pies de Azenet, quien desde que llegó ha estado distraída. Sus ojos se concentran en un punto fijo de la habitación, y no deja de tomar las puntas de su cabello ondulándolo―y creí que yo era la extraña. Alice parece darse cuenta, y la mirada de complicidad que me dispara, me da la suficiente advertencia como pa
Nuestra discusión comienza a tomar fuerza, tanta que cualquiera que camine cerca del pasillo nos escucharía con claridad. No puedo entender como luego de nuestro encuentro de anoche se muestre tan injusto conmigo. Sus constantes cambios de humor me ocasionan jaqueca y su insistencia con respecto a Lionel no hace más que perturbarme ¿Cómo no se da cuenta de lo que sucede realmente? ―No seas patética y no lo niegues, después de todo solamente eres una huérfana con falta de amor ¿No es así? ¿Huérfana? ¿Falta de amor? Y allí está, un golpe en la cara a puño cerrado hubiera sido menos doloroso. No puedo evitar que un sollozo se escape de mis labios, mientras una pequeña lágrima se desliza sobre mi mejilla. La limpio rápidamente cerrando mis ojos con fuerza, intentando espantar las ganas inmensas de llorar y respiro profundo. No pienso darle el gusto de verme derrotada. ―El haber quedado huérfana no es culpa mía ―inhalo fuerte―, y tampoco me hace ser una cualquiera señor Campbell ―digo
Se mantiene concentrado en su labor y a solo unos pocos centímetros del mí rostro. Percibo con afinidad el aroma de su aliento. Menta, vino, fresas. Esos aromas se cuelen en mis fosas nasales y de allí se instalan en mi mente, con la única intención de recordar cada cosa de él. Sus gestos delicados me confunden y de nuevo esa espina de duda hace su acto de aparición ¿Cómo pueda ser tan tierno y gruñón de un momento a otro? Sin darme cuenta sonrió sin razón hacia él, que de pronto sube la mirada sorprendiéndome. Aparto mi vista sintiendo mis mejillas arder, y aferro los dientes a mi labio inferior intentando apaciguar la vergüenza, sin embargo, mi gesto se ve interrumpido por el roce de su cálida mano que se eleva a mi mejilla, y que inconscientemente trasformo en una caricia al mover mi rostro, buscando un contacto más duradero. ¡Se siente tan bien! ―¿Estás mejor? ―pregunta esperando una respuesta que no llega, ya que permanezco aún los ojos cerrados, queriendo disfrutar unos segund
Frunce su ceño de nuevo. ―¿Está usted bien señorita Braun? ―sus brazos permanecen cruzados frente a mí y asiento antes de escucharlo continuar. ―¿Y su mano, está mejor? ―pasea su vista por mi mano lastimada, antes de verme asentir. Desde el suceso en la clase de música no tengo ganas de lidiar con nadie, y a pesar de ser un gran distractor la migraña que me comenzó en la última clase no se ha disipado. Por otro lado tampoco quiero pelear con él, solo busco conseguir alguna actividad que logre distraerme, y consiga agotarme. De eso modo tendría más esperanzas de poder descansar. ―Bueno, en realidad no es necesario ―suena extrañado―. Conozco su horario señorita, estaba consciente de su tarde libre, pero aquí no hay mucho que hacer. ¡Mi horario! ¡Cómo no! Seguramente mi padre debió habérselo pedido. Esa afirmación solo siembra de nuevo esa duda en mi cabeza ¿Qué relación tendrá Campbell con papá? ―Entonces si no le molesta estaré en la biblioteca haciendo los trabajos que usted me a
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