Luego los dos hombres la ataron, la metieron en el compartimento de un camión con Óscar y cerraron con llave, diez hombres vigilaban a ellos.
Natalie parecía tranquila, no mostraba nada de pánico ni de miedo a ser secuestrada.
—¿Quién les ordenó que me secuestraran?
—Ya verás.
Natalie quedó callada, no estaba preocupada por sí misma, sólo un poco preocupada por Óscar.
Al fin y al cabo, Óscar tenía más de cincuenta años y podría estar asustado si le ocurría algo.
Tenía que pensar en cómo escaparse Óscar primero, y ella se quedaría para ver quién quería secuestrarla.
Una hora más tarde el coche paró por fin.
La puerta del camión se abrió y Natalie y Óscar fueron tirados al suelo.
Debido a la caída, y tal vez al efecto de las drogas, Óscar se despertó.
Se horrorizó al ver que tanto él como Natalie estaban atados.
—Señorita Silva, esto...
Natalie dijo tranquilamente: —Nos han secuestrado.
Óscar: —...
—Vamos a ver qué pasará, y después encontraré una oportunidad de que te escapes primero. —