-He aprendido primeros auxilios, vine porque he oído que estaba herido el señor Jerez.
Mientras hablaba, Natalie cogió los utensilios de esterilización de Bryan y trató con pericia la herida de Rolando.
Diez minutos después, tras vendar la herida de Rolando, estaba a punto de recoger el botiquín cuando de repente entró corriendo un hombre.
-¡Daniela ha salido corriendo a casa por algo, y aún no ha vuelto, parece que la riada ha inundado la casa de Daniela!
Todos los presentes se pusieron nerviosos y se miraron sin decir nada.
Si la riada no hubiera llegado todavía, habrían ido a buscar a Daniela. Pero nadie sabía nadar y el agua subía rápidamente, por lo que ir a buscarla sería como morir.
En silencio, Bryan se levantó de pronto y dijo: -Yo voy.
Justo cuando terminaba de hablar, Natalie dijo: -Voy contigo.
Bryan frunció el ceño y dijo: -¡No, es demasiado peligroso!
Estaba bien que iba solo, pero Natalie era una chica, y además era la que le gustaba. No quería dejar que ella corriera el