Martina se apresuró a entrar en la sala de Lucía y cerró la puerta con rostro pétreo.
—Lucía, los escándalos sobre ti están por todo internet. ¿Qué vas a hacer al respecto?
Lucía se sentó en el sofá y dijo tranquilamente: —Martina, no te preocupes. Lo más importante que podemos hacer ahora es mantener la calma y no dejarnos llevar por el pánico.
Martina frunció el ceño ante la tranquilidad de Lucía: —Pero estos escándalos te afectan demasiado, tu imagen...
Lucía interrumpió a Martina: —Lo sé, pero no podemos entrar en pánico en un momento así. Estoy segura de que, como soy inocente, estos rumores se aclararán tarde o temprano. Además, lo que tenemos que hacer ahora no es solo ocuparnos de estos escándalos, sino también encontrar al culpable y hacérselo pagar.
Al oírlo, Martina asintió, y creía que Lucía tenía razón.
—Entonces, ¿qué hacemos ahora?
Lucía reflexionó un rato y dijo: —Esperemos y dejemos que esa persona tenga unos días de complacencia y, mientras tanto, empezamos a recoger