Natalia se alejó con rapidez, nunca fue besada con tanta pasión, sus ojos se encontraron, pudo sentir su corazón latir de deseo por él.
Pero, dio un paso atrás.
—¡No vuelvas a hacerlo!
Natalia se alejó de prisa.
Andrés se sostuvo con firmeza, tocó sus labios, moría por volver a besarla, pero eso no podía pasarle, no a él
«¡Es mi prima! ¿Qué está pasando conmigo?», pensó
Aunque quisiera mentirse, Andrés sabía lo que sentía por Natalia, eso seguía creciendo desde la adolescencia, no podía evitar sentir que ella era única en su corazón.
No se dio cuenta de que su madre Sabrina lo vio todo.
Ella caminó, alejándose, estaba horrorizada hasta que encontró a Jonathan
—¡Hay un problema grave!
Jonathan se quedó perplejo
—¿Qué pasa?
—Vi a Natalia y a nuestro hijo besándose en el jardín a escondidas de todos.
Los ojos de Jonathan se abrieron impactados.
—¿De verdad?
—¡Sí! Te das cuenta, ¡es terrible! Ellos se han criado como primos —exclamó Sabrina
—Tranquila, cariño, te entiendo,