—¡Natalia! —exclamó Evangelyn
Natalia y Lucien dejaron de besarse, ella miró a su hermana con desconcierto, pero al ver las lágrimas rodar por sus ojos se quedó confusa.
—¡Evangelyn! ¿Qué pasa?
—¡Te odio! —exclamó y corrió
Natalia se quedó perpleja, Evangelyn nunca fue tan dura con ella, Natalia iba por ella, cuando Lucien la detuvo.
—Déjala ir, ya se contentará, debemos hablar de nuestro beso, y de que ahora somos novios.
Natalia se alejó de él.
—Basta, mi hermana es mi prioridad.
Natalia corrió detrás de Evangelyn.
En la pista de baile, Margaret seguía bailando, las miradas estaban sobre ellos.
Marcus se acercó a Evana.
—¿Ya viste a nuestro hijo bailando con una joven? No parece ser de esas típicas chicas que solo desecha, ¿verdad?
Evana sonrió.
—Tengo un buen presentimiento, amor —ella colgó sus manos en su cuello.
—¿Así que andas de celestina? Te amo.
Marcus besó a Evana, sentía su cercanía, estaba por besar sus labios, cuando la voz de Irina los detuvo.
—Disculpe,