Evana luchaba contra ese hombre y si pesado cuerpo.
Sintió sus labios en su cuello hasta que alcanzó la lámpara, lo golpeó con fuerzas, pero atinó a quebrarla en su cabeza y hacerle un corte en la sien.
El hombre se levantó al sentir lo caliente de la sangre.
—¡Perra!
Evana gritó con fuerzas, Fátima que había llegado y la empleada subieron la escalera.
Cuando Fátima observó la herida en la cabeza de Álvaro se asustó.
—¡Álvaro!
—Está mujer, le provocó y luego me golpeó.
—Mentiroso, intentaste sobre pasarte, pero ahora tienes tu merecido, desgraciado.
Fátima le miró con odio, intentó pegar a Evana, pero ella la empujó y abofeteó su rostro.
—¡Maldita! –gritó Fátima
—¿Qué pasa aquí? —exclamó Marcus al llegar
Álvaro tuvo temor al verlo.
—Está mujerzuela intentó meterse con Álvaro y lo golpeó.
—¡Él quiso tocarme!
Marcus miró con odio a Álvaro, se lanzó contra él, con rabia y lo comenzó a golpear con fuerzas.
Fátima intervino, pero Marcus estaba fuera de sí.
—Ambos se largan