Capítulo 123: Confesiones bajo el alcohol.
La noche en la ciudad estaba viva. Los letreros de neón iluminaban las calles y el murmullo de la música que salía de cada esquina parecía invitar a la gente a perderse entre risas y copas. Isabella se encontró con Charlotte en un elegante lounge bar, con luces tenues y un ambiente moderno que mezclaba sofás de terciopelo con mesas de cristal.
Charlotte, como siempre, era la chispa que encendía todo a su alrededor. Llevaba un vestido rojo ajustado que resaltaba su figura y unas sandalias altas que hacían sonar un “clic” poderoso contra el suelo. Apenas entraron, tomó a Isabella de la mano y la arrastró hacia la pista de baile.
—¡Vamos, Isa! Hoy no hay trabajo, no hay jefes y mucho menos problemas. Esta noche es para divertirnos.
Isabella sonrió, aunque en el fondo sentía el peso de sus pensamientos. Aun así, decidió dejarse llevar. La música retumbaba, y entre risas y pasos improvisados, por primera vez en días se permitió soltar un poco de la tristeza que llevaba encima. Charlotte la