Las cosas no podían estar más claras.
Gracias al esfuerzo incansable de Cora y Dylan, la liquidación de la empresa se había llevado a cabo en tiempo récord.
Ambos habían decidido terminar con el trámite lo antes posible para darle a Selene el espacio de tranquilidad que tanto necesitaba.
Incluso la familia Sartori había brindado un apoyo inesperado, facilitando cada paso legal.
Sin embargo, la mente de Selene estaba en otro lugar. Mientras terminaba de prepararse para su cita con Zander, quien le había avisado que estaba a punto de llegar, sentía que su corazón latía a mil por hora.
Estaba tan ansiosa que se había probado casi todo su armario; nada le parecía lo suficientemente bueno. No sabía si debía vestirse de gala o elegir algo casual.
En medio de aquel caos de telas y perchas, ganó la simplicidad. Pero justo cuando estaba a punto de cambiarse por milésima vez, escuchó que la puerta de su apartamento se abría.
Al ver el rostro de Zander a través de la mirilla, supo que no podía d