Capítulo 34
Alan subió hacia su habitación para tomar sus pertenencias lo que incluía las llaves del vehículo y se encontró con Milagros en la puerta de entrada. Caminaron hacia el auto uno al lado del otro hasta que se separaron y él rodeó el carro para subir del lado del acompañante. El arquitecto arrancó cuando ambos tenían los cinturones puestos. A los pocos segundos ella intentó colocar algo en la radio para que el silencio que había dentro no fuera tan denso. Varios minutos después, cuando un semáforo los demoró unos segundos, escuchó por primera vez la voz del joven.

—¿Quieres conocer mi apartamento? —Volteó a verla.

—¡Cómo! —Ella giró su vista hacia él asombrada.

—Sí quieres conocer mi apartamento —repitió el joven.

—Pero tú apartamento está en Madrid, ¿o hablas de otro?

—Tengo uno en Alemania, pero hablo del que está en Madrid. ¿Quieres o no? —El auto arrancó.

—¿Cómo iremos? —preguntó aturdida.

—En auto —respondió decidido.

—¿Y qué haremos con el almuerzo en el restaurante que res
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