Vanessa apretaba con fuerza la manija de la puerta, sin dejar de mirar a Alejandro, que estaba con su traje elegante, al lado de esa mujer que salió de quién sabe dónde.
Ella pensó que, después de todo lo que le pasó, Alejandro iba a venir a sacarla de ahí.
Pensó que, tras el divorcio con Luciana, él iba a casarse con ella.
Pero todo lo que había hecho, todo lo que planeó, todo el dolor y el esfuerzo, en ese momento se lo estaba quedando otra.
Sus ojos casi ardían de rabia al ver a María.
Fue María la que le quitó lo que tanto quería.
Si no fuera porque ella se metió, Luciana y Alejandro seguirían juntos. Esa mujer no estaría a punto de casarse con él.
Le quitó lo que era suyo.
En esos seis meses con él, Vanessa lo dio todo. Ayudó a la policía, incluso arriesgó el pellejo para destapar toda la red de drogas, les echó una mano para que agarraran a todos los malos.
Jamás tuvo antecedentes, nunca se metió en nada raro. En serio, se arrepintió de verdad.
La condena no era larga y, por port